Ante las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la capital yemení, Saná, numerosos manifestantes rindieron homenaje a las 65 víctimas civiles de los bombardeos del 24 de julio de 2015 sobre dos complejos residenciales en Al-Moja. Los yemeníes condenan el silencio de la comunidad internacional, especialmente de la ONU, ante este atroz crimen de guerra.
Los manifestantes exigen que se enjuicie a los saudíes, estadounidenses y emiratíes por este suceso, que organizaciones en pro de los derechos humanos, como Human Rights Watch (HRW), consideran un crimen de guerra. Los yemeníes aseguran que no olvidarán lo ocurrido.
Arabia Saudí y sus aliados lanzaron el mortífero ataque aéreo a las 21:30, hora local, del 24 de julio de 2015 contra dos módulos residenciales de una planta termoeléctrica de Al-Moja, en los que residían los trabajadores y sus familias. Se ha confirmado que ninguno de los sitios bombardeados tenía uso militar y quienes vivían allí eran civiles.
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