En un comunicado emitido este miércoles en su página Web, el grupo insurgente ha anunciado que Mulá Ajtar Mansur fue "víctima de un disparo de drone estadounidense", en la provincia paquistaní de Baluchistán (suroeste).
La nota asegura que el recién nombrado dirigente ha contado con el respaldo unánime de la cúpula de la formación, y que el grupo ha designado a Sirajudin Haqani y el mulá Mohamad Yaqub —hijo del fallecido líder del grupo, mulá Mohamad Omar—, como el 'número dos' de Ajundzada.
Paquistán condenó el ataque estadounidense del pasado viernes que resultó presuntamente en la muerte de Mulá Ajtar Mansur. El Gobierno de Islamabad que aún no ha confirmado la muerte del exlíder de Talibán, criticó que una de las víctimas del ataque de EE.UU. fue un conductor paquistaní, mientras no identificó la identidad de la segunda.
No obstante, Washington defendió la incursión, argumentando que Mansur "planteó una continua amenaza inminente" al personal de Estados Unidos y ciudadanos afganos.
Las autoridades paquistaníes creen que solo las negociaciones de paz con Talibán podrán llevar al país afgano a una paz duradera, ya que más de una década de la presencia militar estadounidense so pretexto de luchar contra el terrorismo, y ni siquiera sus ataques con aviones no tripulados han logrado restaurar la seguridad en el país asiático.
En la jornada del miércoles, al menos diez personas han muerto y otras cuatro han resultado heridas en un atentado suicida contra un minibús que transportaba a empleados de un tribunal en un suburbio del oeste de Kabul, capital afgana.
"El kamikaze, un peatón, se hizo estallar contra el vehículo", ha dicho a la AFP, Nayib Danish, un portavoz del Ministerio del Interior.
Aunque por el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque, las fuerzas de seguridad y los representantes de la autoridad del Estado son blancos frecuente de los insurgentes talibanes.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo. La ofensiva apartó del poder a los talibanes, pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros, sigue reinando aún en todo el territorio.
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