Abdulmalik Al-Houthi, líder del movimiento popular yemení Ansarolá, y el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Yemen, Martin Griffiths, han mantenido este martes una reunión en la que han discutido la situación en Yemen, país que desde hace cuatro años vive un conflicto armado tras el inicio de la campaña de agresiones de Arabia Saudí y sus aliados árabes en su contra.
Al-Houthi ha llamado a las fuerzas lideradas por Riad a que “detengan la agresión y levante el bloqueo” contra Yemen, mientras Ansarolá se está esforzando por un cese el fuego, ha destacado.
“La iniciativa (del alto el fuego) de Mahdi al-Mashat, presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, demuestra nuestra tendencia hacia la paz y la estabilidad”, ha señalado.
La iniciativa (del alto el fuego) de Mahdi al-Mashat, presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, demuestra nuestra tendencia hacia la paz y la estabilidad”, señala Abdulmalik Al-Houthi, líder del movimiento popular yemení Ansarolá.
Al-Mashat había anunciado el 20 de septiembre que Ansarolá dejaría de atacar a los saudíes con misiles y aeronaves no tripuladas (drones) y urgió al reino árabe a actuar de forma similar.
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Al respecto, Al-Houthi también ha aludido al hecho de que el lunes el movimiento yemení liberara a unos 290 prisioneros de guerra de la ‘coalición’ saudí.
El presidente del Comité de Asuntos de los Prisioneros de Ansarolá, Abdelqader al-Murtada, aseveró que los cautivos se encontraban en una lista “para un intercambio de prisioneros con las fuerzas gubernamentales, en virtud de un acuerdo de paz”, firmado en Estocolmo, en diciembre de 2018, y que habían realizado las liberaciones “unilateralmente como un gesto de buena voluntad”.
El ofrecimiento de un alto el fuego por parte de Ansarolá tiene lugar mientras los constantes ataques de represalia yemeníes, efectuados con drones y misiles de fabricación propia, han puesto en jaque al régimen agresor de Arabia Saudí.
Tras casi cinco años de la agresión iniciada por Arabia Saudí y sus aliados contra Yemen, decenas de miles de inocentes han muerto, han resultado heridos, se han visto desplazados o han desaparecido, a lo que se une el hecho de que el país más pobre del mundo árabe enfrenta en este momento una crisis que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera la peor situación humanitaria del mundo.
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