“Después de tres años de conflicto, las condiciones en Yemen son catastróficas”, ha afirmado el director de operaciones humanitarias de la ONU, John Ging.
El alto funcionario de las Naciones Unidas señala que la vida de la población sigue “desarmándose”, ya que los choques se han recrudecido desde noviembre y provocado la huida de sus hogares de unas 100 000 personas.
Ha denunciado, asimismo, que la guerra que lanzó ilegalmente el régimen de Arabia Saudí en marzo de 2015 contra el movimiento popular yemení Ansarolá, con la luz verde de Estados Unidos, ha acarreado la “peor crisis humanitaria” en el país más pobre del mundo árabe.
Después de tres años de conflicto, las condiciones en Yemen son catastróficas”, ha afirmado el director de operaciones humanitarias de las Naciones Unidas, John Ging.
Hace un mes, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) comunicó que unos 22,2 millones de yemeníes (el 76 % de la población) necesitan ayuda, y que el brote de cólera ha afectado a más de un millón de personas desde abril de 2017, en el peor caso registrado a nivel mundial.
Los bombardeos y el bloqueo impuesto por Riad también han hecho que crezca el riesgo de hambruna, con 8,4 millones de personas confrontadas al hambre.
La comunidad internacional, sobre todo, la ONU, ha llamado una y otra vez al régimen de los Al Saud a poner fin de una vez por todas a esta “estúpida guerra” que ha dejado más de 10 000 yemeníes muertos, de acuerdo con el último balance ofrecido por el Ministerio de Sanidad de Yemen.
La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que Arabia Saudí viola el derecho humanitario internacional en la guerra contra su vecino sureño, en la que utiliza armamentos prohibidos internacionalmente, por ejemplo, bombas de racimo.
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