Las palabras del presidente norteamericano, Barack Obama, de calificar a Venezuela de una amenaza para EE.UU. "solo pretenden justificar el intervencionismo imperialista", así lo ha juzgado la canciller del país sudamericano.
Obama emitió el lunes una orden ejecutiva que incluye imponer más sanciones contra funcionarios del Gobierno venezolano y calificó al país sudamericano de una “amenaza” para la seguridad nacional y la política exterior del territorio estadounidense.
En este sentido, Rodríguez ha exigido la solidaridad e integración de todos los movimientos con el Gobierno venezolano para poder frenar la “grave amenaza” que conlleva la nueva postura de la Casa Blanca ante Caracas.
Asegurando que esta “agresión imperialista” de EE.UU. será criticada, según normas diplomáticas, ha subrayado que las medidas estadounidenses contradicen el derecho internacional.
Tras el anuncio de la Casa Blanca, Rodríguez advirtió que el Gobierno venezolano no dejaría sin respuesta las sanciones unilaterales de Washington. En esta línea, informó el lunes en su cuenta de la red social Twitter que Caracas llamó a consultas a su encargado de negocios en EE.UU., Maximilien Arveláiz.
Varios países latinoamericanos, entre ellos Cuba y Ecuador, se han solidarizado con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ante la nueva arremetida del Gobierno norteamericano.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, condenando las declaraciones de Obama, ha asegurado que tras esta postura se oculta la amenaza de “invadir Venezuela”.
Las nuevas restricciones suponen la suspensión de visados y el bloqueo de bienes y acceso a los sistemas financieros de un grupo de autoridades venezolanas, incluidos el Comandante de la Región Estratégica de Defensa Integral Central, el general de la Guardia Nacional, el director de la policía política, el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana y un excomandante de la Guardia Nacional.
El pasado diciembre, la Casa Blanca aprobó una tanda de sanciones contra funcionarios venezolanos. Caracas, en respuesta, prohibió la entrada al país de algunos líderes norteamericanos y decretó la exigencia de visado para los estadounidenses.
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