"Dispararon alrededor de 1000 cohetes, granadas de mortero y proyectiles de fabricación casera sobre dos pueblos, Al-Fua y Kefraya", ha explicado OSDH, citado por AFP.
Dispararon alrededor de 1000 cohetes, granadas de mortero y proyectiles de fabricación casera sobre dos pueblos de Al-Fua y Kefraya", ha explicado el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Según la fuente, "hubo reportes de muertes y de heridos del fuego intenso en Al-Fua y Kefraya que empezó el domingo en la noche, pero no se confirmó el número de víctimas".
La agencia de noticias oficial siria SANA, tras corroborar este informe, ha agregado que esos ataques han provocado enormes daños materiales en las casas en ambas aldeas.
Una fuente local de Al-Fua ha dicho a SANA que varios atacantes, entre ellos un cabecilla, han muerto en los enfrentamientos con los grupos de defensa populares, que también han destruido un vehículo blindado, utilizado por los terroristas para irrumpir en el poblado.
SANA ha destacado que decenas de terroristas han perecido en los bombardeos de las fuerzas aéreas sirias en otras localidades de Idlib, incluidas Sahen, Tal Salmo y Al-Taraa, situadas en la región de Abo Al-Duhur, así como en los pueblos de Ain Soda, Binsh, Um Jrin.
Además, ha informado de los logros de las fuerzas sirias en las operaciones llevadas a cabo en las provincias de Latakia, Homs, Daraa. Alepo y Hama, donde los grupos terroristas han recibido duros golpes perdiendo a decenas de sus miembros y vehículos militares.
En Alepo, las tropas gubernamentales han frustrado los avances de los terroristas en dirección a la base aérea de Kowaires y han eliminado a 60 de ellos.

Desde el inicio de la crisis, en marzo de 2011, el Ejército sirio ha mantenido una incesante lucha contra varios grupos armados, que apoyados por ciertos países regionales y occidentales, entre ellos Arabia Saudí, Turquía y EE.UU., buscan derrocar al Gobierno del presidente Bashar al-Asad.
La búsqueda de una solución para poner fin a la crisis se ha visto empañada por las divisiones entre las facciones sirias e, incluso, de sus patrocinadores internacionales. Mientras tanto, los países occidentales siguen respaldando a los grupos terroristas que operan contra Damasco.
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