El primer ministro de Siria, Imad Jamis, aprovechó el domingo su intervención en la sesión de la Asamblea del Pueblo para denunciar la escalada del bloqueo comercial, económico y financiero impuesto por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) desde el inicio de la guerra en Siria en 2011.
“Desde mediados de 2019, se intensificó la guerra económica contra nuestro país con robar la riqueza y los recursos del pueblo y tratar de empobrecer al pueblo sirio, y esto fue evidente en el endurecimiento de las medidas coercitivas unilaterales contra Siria que obstaculizan garantizar las necesidades básicas del pueblo”, denunció.
Jamis, en concreto, denunció nuevas medidas unilaterales de EE.UU., entre las cuales destaca la implementación de la “Ley César”, que autoriza la imposición de sanciones adicionales al presidente sirio, Bashar al-Asad, a los máximos dirigentes del país levantino y a entidades financieras sirias y sus colaboradores extranjeros.
Para el funcionario sirio, la cara fea de EE.UU. y sus aliados europeos se puso al descubierto tras el brote infeccioso del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19. De hecho, denunció el rechazo del Occidente de levantar los embargos contra Siria, pese a que estos impiden a Damasco la compra de medicamentos vitales, suministros médicos y bienes humanitarios.
El premier sirio, no obstante, prometió que su país “trabajará para lograr la autosuficiencia y la seguridad alimentaria para superar las medidas unilaterales y coercitivas”.
De hecho, aseguró que los sirios conseguirán una victoria económica, al igual que la victoria que lograron en el campo militar.
El presidente estadounidense, Donald Trump, decidió en mayo extender otro año las sanciones unilaterales de Washington a Siria. A su vez, la Unión Europea (UE), secundando a su aliado estadounidense, ha prolongado esta semana por un año más, hasta el 1 de junio de 2021, su política de estrangulamiento económico contra el país levantino.
Advirtiendo de los efectos devastadores de las sanciones en el proceso de su recuperación de la guerra, el Gobierno de Al-Asad, en reiteradas ocasiones, ha pedido a la comunidad internacional que presione a EE.UU. y a Europa para que pongan fin a sus medidas hostiles contra la nación siria.
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