Decenas de personas se congregaron en la capital siria, Damasco, para rechazar la agresión israelí y expresar su firme apoyo a la unidad de Siria, así como su condena a los ataques que impactaron cerca de zonas residenciales, considerados una provocación destinada a profundizar el conflicto interno.
Los manifestantes ondearon banderas sirias y manifestaron su rechazo al sectarismo, las conspiraciones extranjeras y la guerra. Muchos interpretan los ataques aéreos como parte de un plan más amplio para reavivar el conflicto y destruir la frágil recuperación del país.
Los cánticos resonaron en las calles: “¡No a la traición, no a la intervención extranjera!”. Los asistentes exigieron paz civil y solidaridad con Sweida, comprometiéndose a defender cada centímetro del territorio sirio contra la división y la manipulación externa.
Desde Damasco hasta Sweida, los sirios hablan con una sola voz: no a la guerra, no a la división. Mientras los ataques aéreos israelíes intentan fracturar el país, la ciudadanía responde con un desafío y una unidad más fuertes que nunca.
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