Según el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), diez militares turcos han muerto o resultado heridos este lunes en un bombardeo llevado a cabo entre fuerzas rusas y sirias en la ciudad de Kansafra, en el suroeste de la provincia de Idlib.
El informe, que cita a fuentes locales en la región, agrega que la ofensiva infligió grandes pérdidas en las filas del Ejército turco y sus aliados terroristas, como equipamientos y vehículos blindados destruidos.
Desde Ankara no se han vertido declaraciones al respecto, sin embargo, de ser confirmada la información, la cifra de soldados turcos muertos en choques directos con el Ejército sirio en el noroeste del país árabe aumentaría.
El portal web Al-Masdar News, por su parte, ha reportado que miembros de la banda extremista Frente de Liberación Nacional, escoltada por la artillería turca, ha lanzado esta misma jornada un ataque masivo contra las posiciones del Ejército sirio en la ciudad de Al-Nanyrab, en el sur de Idilb.
El intento de los terroristas, no obstante, fue repelido con contundencia por parte de las fuerzas sirias, cuando les obligaron a los agresores a replegarse hacia sus líneas de batalla fuera de dicha ciudad.
Turquía, que apoya a los grupos terroristas en Idlib, ha estado presionando para que el Ejército sirio detenga sus operaciones en dicha región, pero no ha conseguido materializar su objetivo, que no es otro que rescatar a las agrupaciones extremistas de esta gobernación siria.
Tanto Rusia como Siria han aclarado en varias ocasiones que la operación siria en Idlib —último feudo de los extremistas en el país árabe— hace frente a las provocaciones de los terroristas y su constante violación del acuerdo de Sochi, firmado en 2018 entre Ankara y Moscú para rebajar las tensiones en esta zona.
El Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, ha denunciado sistemáticamente los ataques de Turquía contra su territorio y ha dicho que su presencia militar en Idlib no podrá salvar a los terroristas.
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