El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró el miércoles misión cumplida en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria y anunció la retirada de las fuerzas de su país.
Trump agregó este jueves que EE.UU. no es la Policía de Oriente Medio, y defendió su decisión sobre Siria ante preocupaciones de varios senadores, incluidos los republicanos, y el régimen de Israel. Rusia saludó la medida, pero puso en tela de juicio la honestidad de la Casa Blanca.
Desde Ankara, Irán y Turquía, garantes del proceso de paz sirio, resaltaron el compromiso de los dos países con la “integridad territorial, la unidad política y la soberanía nacional” de Siria.
Y en Siria, las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza armada encabezada por los kurdos y aliada de EE.UU., criticaron a Trump, pero en el resto del país, tanto políticos como ciudadanos acogieron con beneplácito la medida.
EE.UU. tiene desplegados en Siria unos 2000 efectivos, la mayoría de ellos en el norte del país para apoyar a las milicias kurdas. La presencia militar estadunidense no cuenta con la autorización del Gobierno de Damasco y así viola claramente la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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