El embajador sirio ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bashar al-Yafari, ha vuelto a señalar hoy miércoles ante la Primera Comisión de Desarme y Seguridad Internacional del organismo internacional la necesidad urgente de liberar Oriente Medio de armas de destrucción masiva, en clara referencia a Israel, único poseedor de armas nucleares de la región.
“Mi Gobierno condena en los términos más enérgicos el crimen del uso de armas químicas, partiendo de su voluntad de liberar a Oriente Medio de toda arma de destrucción masiva, especialmente las armas nucleares”, ha declarado el diplomático.
Al-Yafari ha reclamado asimismo a los países miembros de la ONU que ejerzan presión sobre Israel para que permita la supervisión por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de sus instalaciones y actividades nucleares.
El continuo apoyo de ciertos países occidentales, especialmente Estados Unidos, “ha contribuido al desarrollo de los programas israelíes de armas nucleares, biológicas y químicas, y ha alentado a Israel a acentuar su actitud de desafío a la voluntad internacional y a seguir sin adherirse al TNP”, ha denunciado Al-Yafari.
Mi Gobierno condena en los términos más enérgicos el crimen del uso de armas químicas, partiendo de su voluntad de liberar a Oriente Medio de toda arma de destrucción masiva, especialmente las armas nucleares”, ha declarado el embajador sirio ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Bashar al-Yafari, en clara referencia a Israel, único poseedor de armas nucleares de la región.
El Gobierno de Damasco ha advertido en reiteradas ocasiones de la gran amenaza que supone el arsenal nuclear de Israel para la paz y la seguridad de la región y del mundo.
En un artículo publicado en julio pasado, la revista estadounidense The National Interest estimó que Israel tiene entre 80 y 300 ojivas nucleares, aunque el propio régimen de Tel Aviv nunca ha revelado la cantidad de armas atómicas que posee.
Israel nunca ha permitido a los inspectores de la AIEA acceder a sus instalaciones nucleares, y sigue haciendo caso omiso de la resolución aprobada en septiembre de 2017 por la Agencia Internacional de Energía Atómica en la que se le pide que suscriba el TNP.
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