Según datos de la Inteligencia francesa, publicados el sábado en el diario galo Le Monde, el servicio de inteligencia israelí, el Mossad, planeó en 2010 estrechar las relaciones con espías franceses y convertirlos en agentes dobles.
Para ello, en el mismo año, el Mossad y una agencia de contrainteligencia francesa lanzaron una operación conjunta, bautizada como Ratafia, con el objetivo de recopilar información sobre los supuestos planes del Gobierno de Damasco respecto a las armas químicas en el país árabe.
En el marco de esta operación, se tenía que contratar a un ingeniero sirio quien iba a llegar a Francia para adquirir formación adicional en química, como parte de un acuerdo de cooperación científica entre Damasco y París.
Seguidamente, según lo definido, los franceses se encargarían de la operación en París (capital gala) y los israelíes de tramar un ‘complot’ que permitiera al ingeniero sirio dirigirse a Francia para hacer los estudios pero, en realidad, iba a reclutar a otros espías.
No obstante, de acuerdo con los datos publicados en el rotativo galo, sin permiso y sin haber informado a sus superiores uno de los agentes galos fue visto entrando en el apartamento del jefe del Mossad en París y también viajó a los territorios ocupados palestinos donde se reunió con sus colegas israelíes.
Además, los agentes participantes de la operación Ratafia recibieron sumas sospechosas en sus cuentas bancarias, lo cual ensalzaría la hipótesis de su participación en el proyecto israelí.
En general, la operación ayudó a Israel a romper en 2011 las cooperaciones científicas entre la Unión Europea (UE) y Siria, con acusaciones contra el presidente sirio, Bashar al-Asad, de aprovecharlas para impulsar el uso de armas químicas, mientras que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmó la destrucción total del arsenal químico sirio.
De hecho, la Inteligencia de Francia denunció el plan israelí y logró expulsar a dos diplomáticos israelíes de París que estaban involucrados en el caso y eran sospechosos de mantener vínculos con los franceses.
Actualmente, la Inteligencia gala pide investigaciones amplias y meticulosas al respecto para conocer los daños que han recibido sus servicios secretos.
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