En su discurso sobre el estado de la nación y tras la visita sorpresa de Joe Biden a Kiev, el presidente ruso, Vladímir Putin, presentó a Rusia y a Ucrania, como víctimas del doble juego de Occidente. Afirmó que esos países tienen toda la responsabilidad de las pérdidas causadas por la guerra en curso.
En otra parte de su discurso aseveró que desde el inicio del conflicto los países aliados de Kiev han gastado más de 150 000 millones de dólares para incitar y armar al país eslavo. Dijo que planean convertir un conflicto local en una confrontación global y poner en peligro la existencia misma del gigante euroasiático. Continuó que EE.UU. y sus aliados intentaron iniciar una crisis para llevar a Rusia a una derrota estratégica.
Putin acentuó que el objetivo de Occidente es el poder ilimitado de Rusia. Afirmó que los países occidentales y la OTAN desempeñaban un papel notable en el ataque a las bases estratégicas de Rusia por Kiev. A continuación, Putin subrayó que las relaciones Rusia-EE.UU. se han degradado por el accionar de Washington, en referencia a las sanciones que impusieron los países europeos contra Moscú como un instrumento de presión, pero que fracasaron.
El mandatario dijo que quienes iniciaron las sanciones se han castigado a sí mismos. Tras el inicio de la operación en Ucrania y, en concreto, por las sanciones a la importación de gas ruso, un huracán energético sacudió a la Unión Europea (UE) y generó un fuerte aumento de precios, cierres de empresas, así como una crisis energética y una inflación incontrolables.
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