• El buque de reconocimiento de la Armada rusa Liman, de la flota del mar Negro, navega en el Bósforo, en su camino hacia el mar Mediterráneo. (Foto: Reuters)
Publicada: domingo, 30 de mayo de 2021 9:08
Actualizada: jueves, 3 de junio de 2021 12:26

Un informe plantea que el reciente fallo del Aegis de EE.UU. durante una prueba habría ocurrido por las interferencias radioelectrónicas de un buque ruso.

La Agencia de Defensa Antimisiles de Estados Unidos realizó el sábado una prueba del sistema de defensa para interceptar y destruir misiles en el océano Pacífico cerca de Hawái; sin embargo, el test fracasó.

De hecho, el sistema de defensa Aegis estadounidense no logró interceptar un misil balístico de medio alcance, modelo misil SM-6, durante el ensayo.

Este domingo, el portal ruso de aviación Avia.Pro ha reportado que, mientras tenía lugar la prueba estadounidense, un buque de reconocimiento militar ruso se aproximó al sitio, que bien podría haber usado su reconocimiento electrónico para prevenir la destrucción del objetivo que pretendían interceptar las fuerzas norteamericanas.

Al respecto, la información precisa que el buque ruso era un Karelia, que cuenta con varios tipos de armas electrónicas de supresión y de impacto, capaces de operar, incluso a distancias muy significativas.

 

El portal ruso destaca que el sistema Aegis de EE.UU. puede ser suprimido mediante interferencias radioelectrónicas, incluidas las que se encuentran a bordo del barco de reconocimiento Karelia.

Estados Unidos también tiene activado el sistema de defensa antimisiles Aegis Ashore en las cercanías de Rusia, que, por su parte, considera una amenaza directa tal despliegue.

En general, las pruebas que realiza Washington, de manera rutinaria, poniendo a prueba sus escudos protectores, han provocado el rechazo de países como Rusia.

Para Moscú, Aegis Ashore, viola el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), ya que teóricamente podría convertirse en un sistema ofensivo.

El tratado del INF, del que ya no es parte EE.UU. tras su salida del mismo en agosto de 2019, fue suscrito en 1987 entre la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Estados Unidos y obligaba a las dos partes a eliminar todos los misiles, tanto nucleares como convencionales, que tuvieran un alcance de entre 500 y 1000 kilómetros —de corto alcance— y de entre 1000 y 5500 kilómetros —de medio alcance—.

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