El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, recalcó el miércoles la importancia de lograr una solución política para la crisis en Siria, azotada desde 2011 en un conflicto armado provocado por grupos armados y organizaciones terroristas, apoyados por algunos países occidentales.
“Hemos prestado mucha atención a la situación en Siria, su unidad e integridad territorial”, señaló el jefe de la Diplomacia rusa durante una conferencia de prensa, celebrada en Riad, la capital de Arabia Saudí.
Conforme remarcó Lavrov, solo el pueblo sirio tiene el derecho de decidir sobre el futuro de su país sin la intervención extranjera, tal como lo refrenda la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Del mismo modo, el máximo diplomático ruso llamó a facilitar el regreso de los desplazados sirios a sus hogares y a acelerar el proceso de reconstrucción del país árabe.
Los diez años de guerra en Siria han costado más de 1,2 billones de dólares, además de dejar miles de civiles muertos y millones de desplazados, según el informe ‘Un precio demasiado alto a pagar: costo del conflicto para los niños de Siria’, elaborado recientemente por la organización internacional de ayuda humanitaria World Vision International, en asociación con Frontier Economics.
Aunque actores como EE.UU., el régimen de Israel y Turquía respaldan a la oposición armada, las fuerzas sirias, con el apoyo ofrecido por Irán y Rusia —a petición formal de Damasco—, han acabado prácticamente con la presencia de los terroristas en el territorio y ya solo operan en el norte del país.
A su vez, el Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, además de denunciar la presencia ilegal de las fuerzas estadounidenses en su territorio, reitera que ellos, junto a los milicianos que patrocinan, no solo han agravado la crisis, sino que, de hecho, han obstaculizado toda solución a la misma, al reforzar la dinámica de guerra.
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