“El terrorismo debe ser erradicado en Siria y no hay soluciones medias con los terroristas, ya sea el ‘Daesh’ o la ‘Junta para Liberación del Levante (Hayat Tahrir Al-Sham, en árabe)’”, declaró el martes el enviado especial del presidente ruso a Siria, Alexander Lavrentiev, según informa la agencia estatal siria de noticias, SANA.
Lavrentiev —quien encabeza la delegación del país euroasiático en la decimoquinta ronda de conversaciones de Astaná sobre Siria que se celebra en la ciudad rusa de Sochi desde el día 16 hasta el 18 de febrero— señaló en una rueda de prensa que los países garantes del armisticio en el país árabe tratarán de dar un fuerte impulso al proceso de paz con arreglo político.
El funcionario ruso agregó que, al mismo tiempo, se abordará durante la reunión el retorno de los refugiados sirios a su país, la situación económica en Siria y, así como, la tensa coyuntura dada en la zona de desescalada en Idlib al noroeste del país árabe, donde siguen permaneciendo los remanentes del grupo terrorista Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham).
Asimismo, añade el medio sirio, Lavrentiev destacó la importancia del trabajo del Comité de Debate Constitucional en Ginebra (Suiza) a fin de crear un ambiente constructivo que encuentre una vía de solución política a la crisis en Siria.
Además, dejó constancia a los reporteros de la negativa de EE.UU. a participar en la 15ª reunión de Astaná a pesar de ser invitada al conclave. “Los estadounidenses están ocupados con los asuntos internos y, aparentemente, aún no han determinado su política hacia Siria”, acotó el diplomático ruso.
El decimoquinto Encuentro Internacional sobre Siria (según la fórmula de Astaná) que tiene lugar en la ciudad rusa de Sochi cuenta con la participación de delegaciones de los países garantes del proceso de Astaná, a saber, Rusia, Irán y Turquía, además de una delegación de Gobierno de Siria, encabezada por Ayman Susan, el Ministro Asistente de Exteriores y Expatriados.
En la cita, también están presentes representantes de países en condición de observadores en el proceso de Astaná, y son: Irak, El Líbano y Jordania, así como una delegación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
krd/mkh
