• El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, en una sesión del Consejo de Seguridad, 10 de abril de 2019. (Foto: Reuters)
Publicada: viernes, 10 de abril de 2020 5:15

Rusia vuelve a alertar de la política de sanciones contra los países en desarrollo en plena lucha contra el COVID-19 y llama a una “solidaridad” a nivel mundial.

“Instamos a todos a levantar todas las medidas restrictivas y sanciones multilaterales o unilaterales, aplicadas fuera de las Naciones Unidas, contra los países en desarrollo”, alertó el jueves el representante permanente de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Vasili Nebenzia.

En una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) a través de videoconferencia, dedicada al coronavirus, Nebenzia urgió a dejar de lado las “preferencias políticas”, instando a la “solidaridad” entre todos los países a los cuales el nuevo coronavirus tiene en vilo.

El diplomático ruso insistió en priorizar a los países en desarrollo en cuanto a la entrega de ayuda, pues, “enfrentan grandes desafíos”, enfatizó.

Al mismo respecto, Nebenzia señaló que la lucha contra el coronavirus puede funcionar como una oportunidad, si se utiliza para impulsar cooperaciones mundiales a fin de responder a una crisis como la desatada por el reciente brote infeccioso. “Ahora no es el momento de competir”, agregó.

 

El funcionario ruso, pese a que no mencionó a un país en concreto, reafirmó la postura de Moscú que después del surgimiento del brote de infección, ha intensificado sus críticas contra EE.UU. por las sanciones que mantiene este contra naciones como las de Irán, Venezuela, Siria y Cuba.

La semana pasada, la misión permanente rusa ante la ONU presentó un plan para ofrecer asistencia médica y alimentaria a países más vulnerables y emergentes, y “rechazar” guerras económicas y sanciones unilaterales impuestas contra los demás países sin la autorización del CSNU; no obstante, EE.UU. vetó la iniciativa.

La COVID-19 ha contagiado a casi todos los países del mundo. Actualmente, los datos globales indican que la rápida propagación del COVID-19 ha infectado a más de 1 604 718 personas, de las cuales 95 735 han muerto.

El empeoramiento cada vez más de la crisis, provocada por el brote, no ha hecho que EE.UU. y sus aliados se abstengan de aplicar sus medidas coercitivas y punitivas que afectan principalmente a los civiles.

Ante tal negativa de Washington, las misiones diplomáticas de ocho países —Rusia, China, Irán, Siria, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua y Venezuela— enviaron una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, para advertirle del impacto negativo de las sanciones unilaterales en los esfuerzos internacionales destinados a contener el virus mortal.

Irán, uno de los países que más ha sufrido las sanciones unilaterales de EE.UU., tacha de “terrorismo médico” los embargos norteamericanos y exige a otros países dejar de ser cómplices de los “crímenes de guerra” de Washington.

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