“Lo que vimos ayer en muchos lugares, y tal vez en particular en Moscú (capital de Rusia), es una provocación y una mentira”, ha declarado este lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ante un grupo de periodistas.
El domingo entre 7000 y 8000 personas se manifestaron en la céntrica calle moscovita de Tverskaya en un acto de protesta antigubernamental convocado por el opositor Alexei Navalni, con el propósito de denunciar al primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, que supuestamente está al frente de un imperio inmobiliario financiado por la oligarquía. Durante el acto más de mil manifestantes fueron detenidos.
Lo que vimos ayer en muchos lugares, y tal vez en particular en Moscú (capital de Rusia), es una provocación y una mentira”, ha señalado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En este sentido, Peskov ha apuntado que las fuerzas del orden, que llevaron a cabo centenares de detenciones, actuaron de manera “absolutamente correcta” y “con gran profesionalismo”.
En esta línea ha indicado que algunos menores que participaron en las manifestaciones habían recibido promesas de “recompensas financieras en caso de detención por las fuerzas del orden” durante las protestas.
Sin mencionar directamente a Navalni, Peskov ha manifestado la preocupación del Kremlin sobre el uso de “algunas personas” de la “gente activa (...) para sus propios fines, urgiéndoles a llevar a cabo acciones ilegales y no autorizadas”.
Alexei Navalni, que quiere enfrentarse a Vladimir Putin en las presidenciales de 2018, pasó la noche del domingo en la cárcel, según explicó su abogada Olga Mijáilova a la agencia rusa de noticias Sputnik. El opositor se enfrenta a una multa de hasta 20 000 rublos (351 dólares) o hasta 100 horas de servicios comunitarios por alterar “el orden público”, infracción que también puede castigarse con un máximo de 15 días de arresto administrativo.
El pasado viernes el Gobierno de Moscú negó veracidad a las afirmaciones de Navalni y advirtió de que los planes para una protesta no autorizada en el centro de Moscú eran una “provocación ilegal”.
Medvedev, por su parte, no ha contestado personalmente las acusaciones en su contra, pero su portavoz las ha negado y tachado de “ataques propagandísticos”.
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