Este 2015, todo fue terror. Miles corriendo, se aplastaron unos contra otros. Fue una estampida. Arabia Saudí inició una investigación, pero en privado; no permitió la intervención de otros. Muchas preguntas quedaron en el aire.
1. Teniendo tanto dinero y sistemas sofisticados de seguridad, ¿por qué pasó la tragedia?
2. ¿Por qué no difundieron los vídeos grabados por las cámaras de seguridad y en vez de imágenes reales del incidente, mostraron dibujos animados?
3. ¿Por qué no atendieron inmediatamente a las víctimas?
4. ¿Por qué manipularon la cifra de las víctimas?
Los saudíes tardaron días en reconocer que los muertos superaban los 4000. Pero a las horas se retractaron. La nota desapareció del sitio Web del Ministerio de Salud de Arabia Saudí.
Indonesia y Nigeria denunciaron la mala organización. Irán convocó al encargado de negocios saudí y reveló la mala gestión. Pidió que Arabia Saudí asumiera su responsabilidad y que en la investigación participarán todos los países implicados.
Y así mismo, el Líder de Irán se reúne con el Ejército y lanza una advertencia.
Y desde El Líbano, si filtró que el convoy del hijo del rey, el ministro de Defensa, Mohamed bin Salman, causó el incidente.
¿Rumor o verdad? Lo cierto es que concluye el año y aún siguen las preguntas sin respuestas.
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