En una publicación en su canal de Telegram el viernes, el viceministro de Asuntos Exteriores para la Diplomacia Económica, Hamid Qanbari, afirmó que las medidas adoptadas a finales de septiembre por el bloque comunitario van mucho más allá de las regulaciones técnicas. “Al leerlas, línea por línea, se comprende lo que realmente significan: cortar el sustento básico de una nación”, escribió.
El 29 de septiembre, un día después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) reimpusiera las sanciones a Irán, levantadas en virtud del acuerdo nuclear de 2015, el Consejo Europeo anunció la reintroducción de embargos contra Irán. Las restricciones afectan sectores clave como energía, finanzas y transporte.
La medida se aplicó luego de que el E3 —el Reino Unido, Francia y Alemania— invocara en agosto el mecanismo ‘snapback’ o la reimposición rápida de sanciones contra Irán, acusando al país persa de no cumplir sus obligaciones bajo el pacto nuclear. Asimismo, los embargos se reimpusieron después de que un intento de Rusia y China de ganar más tiempo para la diplomacia fracasara en el Consejo de Seguridad el 28 de septiembre, allanando el camino para la ofensiva occidental.
Teherán ha rechazado la reimposición de embargos, calificándola de ilegal e inválida, señalando que la retirada de Washington del acuerdo nuclear de 2015 y el posterior incumplimiento de los compromisos europeos fueron los factores que desencadenaron el actual estancamiento.
El vicecanciller iraní denunció que las restricciones de la UE afectan directamente a la economía iraní. Los artículos que prohíben las exportaciones de petróleo, gas y petroquímicos no se refieren a sectores aislados, afirmó. “Son la principal fuente de ingresos del país. Son lo que financia los medicamentos en los hospitales, el trigo que se consume, el combustible que mantiene calientes los hogares”, detalló.
Si bien la UE ha insistido en que el comercio humanitario sigue siendo posible mediante exenciones especiales, Qanbari descartó estas disposiciones por carecer de sentido.
“Sí, existen las llamadas excepciones humanitarias [...]. Pero he aquí la contradicción: si se cortan los ingresos que financian esas importaciones, ¿de qué sirve el permiso? Es como decirle a alguien: ‘Puedes comprar pan’ después de haberle vaciado la cartera”, matizó.
El castigo colectivo está prohibido, incluso en tiempos de guerra
El diplomático enfatizó que las sanciones violan los derechos humanos y el derecho internacional.
“La Declaración Universal de Derechos Humanos garantiza el derecho a la alimentación, la salud y un nivel de vida digno [...]. Bloquear la capacidad de un país para obtener ingresos para estos bienes esenciales no solo perjudica a los gobiernos, sino que castiga a la gente común. Eso es lo que el derecho internacional denomina “castigo colectivo”. Y el castigo colectivo está prohibido, incluso en tiempos de guerra”, agregó.
El diplomático afirmó además que, a pesar de la fuerte presión, la economía iraní no se ha derrumbado, aunque la carga ha recaído considerablemente sobre los ciudadanos. “Las sanciones no han logrado su objetivo político, pero han logrado dificultar la vida de los iraníes comunes”, afirmó.
Fustigó a la UE por considerar estas sanciones como “técnicas y legales”, detallando que estas acciones están dirigidas a “ahogar el sustento de millones de personas. Y no hay nada humanitario en ello”.
Las autoridades iraníes sostienen que ningún Estado miembro de la ONU está obligado a acatar las sanciones reimpuestas al país, porque carece de validez legal.
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