“Estas restricciones no solo violan la Carta de la ONU y los convenios internacionales, incluidos el Acuerdo de Sede de 1947 y la Convención de Viena de 1961, sino que también se están aplicando por motivos políticos en el marco de la llamada política de máxima presión de Estados Unidos contra Irán, constituyendo una doble violación de los compromisos del país anfitrión”, ha enfatizado el representante de Irán ante la ONU, Amir Said Iravani, mediante una carta enviada este jueves al secretario general de este organismo.
Asimismo, ha puesto de relieve que este tipo de acciones de Estados Unidos constituye una “clara violación del principio de igualdad soberana de los Estados” y “menoscaba la dignidad y el respeto de los representantes de Irán”.
También, Iravani ha acusado a Washington de aprovecharse de condición de anfitrión para emitir “difusión de información falsa, propaganda dañina y acusaciones infundadas” contra los funcionarios iraníes.
Ha detallado que las recientes violaciones de las autoridades estadounidenses deben analizarse en el contexto de otras acciones ilegales de EE.UU., incluidas las medidas coercitivas unilaterales, así como la restricción del acceso del pueblo iraní a equipos médicos y bienes humanitarios y la reciente agresión militar estadounidense en junio de 2025.
Iravani ha aseverado que, según la opinión del asesor jurídico de la ONU de 1967, “la ONU no puede desempeñar adecuadamente su papel, si los representantes de los Estados se ven obstaculizados en el cumplimiento de sus funciones o en sus desplazamientos a las reuniones”.
También, ha advertido que la continuación de esta práctica causaría un “daño irreparable” al funcionamiento de la ONU y a los derechos de sus miembros.
Al final, Iravani ha instado a la ONU a adoptar de inmediato las medidas necesarias para obligar al país anfitrión a cumplir plenamente sus compromisos.
De igual manera, ha reiterado que EE.UU. debe cesar todas las acciones y omisiones que impidan a los representantes de Irán cumplir sus funciones, respetar el principio de buena fe y no discriminación, y abstenerse de inmediato de cualquier campaña dañina contra los diplomáticos iraníes.
Previamente, Washington había revocado las visas de 80 funcionarios palestinos, incluido el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, lo que les impidió asistir al debate de alto nivel de la Asamblea.
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