Publicada: miércoles, 24 de septiembre de 2025 8:55

Ocho años después, Irán ha convertido el misil Jorramshahr en un potente arsenal estratégico clave, con avances tecnológicos que potencian su disuasión regional.

Por: Ivan Kesic

Han pasado ocho años desde el exitoso lanzamiento público de prueba del misil balístico de medio alcance Jorramshahr de Irán el 23 de septiembre de 2017, un evento histórico que marcó un salto significativo en las capacidades defensivas autóctonas del país.

Las imágenes transmitidas en ese momento capturaron el ascenso potente del misil y su trayecto desde la cámara en su cono de nariz, consolidando el lanzamiento como un hito en la historia de la industria aeroespacial iraní.

Este lanzamiento fue más que una prueba de un nuevo sistema de armas; fue una demostración de ingeniería avanzada y una filosofía de diseño estratégico que finalmente se materializó.

Nombrado en honor a la resiliente ciudad de Jorramshahr en el suroeste de Irán, que simbolizó la resistencia iraní durante la Guerra Impuesta de los años 80, el misil representó un nuevo capítulo en la tecnología de disuasión.

Su posterior evolución al avanzado Jorramshahr-4, también conocido como el misil Jeybar, subraya una trayectoria constante de innovación y perfeccionamiento.

El desarrollo técnico de la familia Jorramshahr refleja un esfuerzo deliberado por mejorar el alcance, la carga útil y la capacidad de supervivencia a través de soluciones de ingeniería sofisticadas.

Desvelamiento del Jorramshahr

El misil Jorramshahr original, presentado en 2017, presentó un perfil formidable con dimensiones impresionantes y características de rendimiento notables. Con una longitud aproximada de 13 metros y un diámetro de 1,5 metros, tiene un peso de lanzamiento cercano a las 20 toneladas métricas.

Este misil de una sola etapa, propulsado por combustible líquido, fue diseñado para un alcance estratégico considerable, con un alcance estimado de hasta 2000 kilómetros, lo que coloca una amplia gama de objetivos regionales dentro de su alcance operativo y lo establece como un pilar central de la disuasión estratégica.

Una característica clave del diseño que distinguió al Jorramshahr de misiles balísticos iraníes anteriores, como el Shahab-3, fue la omisión deliberada de grandes aletas estabilizadoras en la base del misil.

Esto reflejó un avance significativo en los sistemas de guía y control, los cuales dependen del control vectorial de empuje para la estabilidad durante la fase inicial de ascenso, en lugar de superficies aerodinámicas externas.

Eliminar estas aletas redujo el peso total y la firma radar, al tiempo que simplificaba la logística de transporte y manipulación, especialmente para su lanzador de transporte vertical móvil (TEL).

El misil Jorramshahr durante un desfile militar en 2017 en Teherán.

Carga útil y rendimiento del misil

La capacidad de carga útil del Jorramshahr marcó otro logro importante, con la capacidad de transportar una ojiva de hasta 1800 kilogramos. Esta capacidad sustancial permite una variedad de tipos de ojivas, incluyendo explosivos unitarios, municiones de racimo o potencialmente vehículos de reentrada múltiple.

La ojiva en sí presentaba un diseño cónico sencillo con una punta roma, una forma aerodinámica optimizada para resistir las cargas térmicas extremas experimentadas durante la reentrada hipersónica a la atmósfera.

La propulsión del misil es alimentada por un motor de propulsante líquido, proporcionando el impulso inmenso necesario para su perfil de misión.

Durante su vuelo, el Jorramshahr puede alcanzar velocidades superiores a Mach 15 fuera de la atmósfera y alcanzar un apogeo de aproximadamente 126 kilómetros en una trayectoria de alcance máximo.

La prueba exitosa de 2017 validó la integración de estos sistemas complejos, confirmando el rendimiento de su propulsión, guía en medio del vuelo y las secuencias de separación de la ojiva.

Jorramshahr-2 de largo alcance

El desvelamiento de la variante Jorramshahr-2 en 2019 destacó una clara trayectoria de mejora continua, con un enfoque en la extensión del alcance operativo.

Una innovación clave en esta iteración fue la introducción de un vehículo de reentrada más ligero. Al reducir el peso de la sección frontal sin comprometer la efectividad de la carga útil, los ingenieros incrementaron significativamente el alcance potencial del misil.

Mientras que el Jorramshahr original tenía un alcance de 2000 kilómetros, se informó que el Jorramshahr-2 podía alcanzar objetivos a distancias de hasta 3000 kilómetros.

Esta mejora demostró un entendimiento sofisticado de la dinámica de misiles y las críticas compensaciones entre la masa de la carga útil y el alcance.

El modelo de desfile también insinuó avances en la tecnología de guía, sugiriendo un movimiento hacia una mayor precisión, un factor vital para la efectividad de cualquier sistema de misiles estratégicos.

La evolución del modelo original al de segunda generación reflejó un enfoque sistemático para superar los desafíos de ingeniería y empujar los límites del rendimiento.

Jorramshahr-4 y sus sistemas avanzados

El miembro más avanzado de la familia, el Jorramshahr-4 —o el misil Jeybar— desvelado en mayo de 2023, incorpora un conjunto de tecnologías que representan la vanguardia del desarrollo de misiles de Irán.

Esta variante mantiene el formidable alcance de 2000 kilómetros mientras lo logra con un diseño más refinado y eficiente. El Jeybar transporta una ojiva ligeramente reducida, pero aún considerable, de 1500 kilogramos e introduce avances cruciales que mejoran su utilidad táctica y supervivencia.

Una de las mejoras más notables es la drástica reducción del tiempo de preparación para el lanzamiento, que ahora se informa en menos de 15 minutos desde la iniciación hasta el lanzamiento.

Esto es posible gracias al uso de propulsores líquidos hipergólicos y de autoencendido, eliminando la necesidad de procedimientos complejos de mezcla de combustible antes de la ignición.

La capacidad de lanzamiento rápido aumenta significativamente la supervivencia al minimizar la ventana durante la cual un adversario podría detectar y atacar la plataforma de lanzamiento del misil.

El misil Jorramshahr-4

Mejoras en la guía de precisión y capacidad de supervivencia

Los sistemas de guía y control del Jorramshahr-4 representan un logro de ingeniería significativo, con un Error Circular Probable (CEP, por sus siglas en inglés) reportado dentro de los 30 metros en su alcance máximo.

Esta precisión milimétrica es posible gracias a un sistema sofisticado que permite al misil maniobrar y ajustar su trayectoria durante la fase de medio vuelo, mientras aún se encuentra fuera de la atmósfera terrestre.

Además, el vehículo de reentrada está diseñado para desactivar sus receptores de guía externos al reingresar a la atmósfera, haciéndolo invulnerable a medidas electrónicas de contraataque durante la fase terminal.

El diseño de la ojiva también se ha perfeccionado, eliminando la necesidad de una configuración de alas delgadas para estabilidad. Esto permite un diseño más eficiente en términos volumétricos, acomodando una mayor carga explosiva.

El rendimiento del misil se caracteriza por una fuerza de impacto en tierra de 280 segundos y una fuerza de impacto en vacío de 300 segundos, lo que refleja la tremenda energía que entrega al objetivo. El tiempo total de vuelo a una distancia de 2000 kilómetros es de aproximadamente 12 minutos, dejando mínima oportunidad para que los sistemas de defensa reaccionen.

MIRV y capacidades avanzadas de ojiva

Una característica particularmente avanzada de la serie Jorramshahr, especialmente la variante Jeybar, es su compatibilidad con la tecnología de vehículos de reentrada múltiple e independiente (MIRV, por sus siglas en inglés).

Un solo misil equipado con un bus MIRV puede transportar múltiples ojivas, cada una capaz de atacar diferentes objetivos en un área extensa.

Esta capacidad representa un hito importante en el diseño de misiles, requiriendo maestría en el control de vehículos postempuje, mecanismos de liberación precisos y guía independiente para cada vehículo de reentrada.

Un sistema compatible con MIRV, como el Jorramshahr-4, plantea un desafío significativo para las redes de defensa de misiles, ya que puede saturar las defensas diseñadas para un número limitado de amenazas entrantes.

Se informa que el misil Jeybar puede atacar hasta 80 objetivos distintos en un área determinada, aprovechando tecnologías avanzadas de ojivas de submunición o de racimo para maximizar el impacto operativo. La separación de las ojivas a velocidades hipersónicas complica aún más los esfuerzos de interceptación por parte de las defensas aéreas enemigas.

Legado de logros técnicos

La evolución del misil Jorramshahr, desde su primera prueba exitosa hace ocho años hasta el avanzado Jorramshahr-4 de hoy, es un testimonio del progreso sostenido del sector de ingeniería aeroespacial de Irán.

Este trayecto ha sido guiado por objetivos claros: mejorar el alcance a través de la reducción de peso y la eficiencia en la propulsión, mejorar la precisión con sistemas de guía avanzados, aumentar la capacidad de supervivencia mediante protocolos de lanzamiento rápido y maximizar el impacto estratégico con opciones versátiles y avanzadas de ojiva.

Cada iteración se basa en las lecciones de la anterior, reflejando un proceso de desarrollo maduro e iterativo. El programa Jorramshahr ejemplifica un alto nivel de destreza técnica a través de múltiples disciplinas, incluyendo aerodinámica, propulsión, ciencia de materiales y tecnología de guía.

Como símbolo de logro tecnológico autóctono, la familia de misiles Jorramshahr sigue siendo una piedra angular de la infraestructura de defensa estratégica de Irán, representando ocho años de avances dedicados en uno de los campos más desafiantes de la ingeniería moderna.

La ojiva cónica del Jorramshahr

 Hacia un Jorramshahr-5: La cuestión del ICBM

Basado en las bases tecnológicas demostradas por la serie Jorramshahr y otros avances recientes, el posible desarrollo de un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), denominado Jorramshahr-5, representa una progresión significativa y lógica para el programa aeroespacial de Irán.

Aunque no existe confirmación oficial de tal proyecto y Teherán ha adherido históricamente a su límite de alcance de 2000 kilómetros para misiles balísticos, la experiencia acumulada a lo largo de más de dos décadas de desarrollo intensivo proporciona una vía clara hacia la capacidad intercontinental.

Los parámetros especulados para un Jorramshahr-5, con un alcance de hasta 12 000 kilómetros, velocidades cercanas a Mach 16 y una ojiva de dos toneladas, se alinean con la trayectoria demostrada de Irán en propulsión, ciencia de materiales y tecnología de guía.

El exitoso desvelamiento del misil hipersónico Fattah, que opera a velocidades similares y requiere materiales avanzados resistentes al calor para la reentrada atmosférica, sugiere que algunos de los obstáculos tecnológicos más difíciles para la fase terminal de un ICBM ya están siendo abordados dentro de la industria de defensa de Irán.

El principal desafío al pasar de un misil balístico de alcance medio (MRBM, por sus siglas en inglés) como el Jorramshahr-4 a un verdadero ICBM radica en dominar la propulsión de cohetes multietapa y garantizar la fiabilidad de los vehículos de reentrada en distancias mucho mayores y a velocidades más altas.

Aquí, la experiencia de Irán con vehículos de lanzamiento de satélites (SLVs, por sus siglas en inglés) como el Simorq y el Sorush en desarrollo proporciona valiosos datos sobre la propulsión de la etapa superior y la navegación en el espacio, ambos esenciales para el perfil de vuelo de un ICBM.

Dicho esto, un ICBM militar dedicado diferiría necesariamente de los SLVs civiles. En lugar de centrarse en cargas útiles orbitales, se enfocaría en la carga rápida de combustible, la movilidad y la capacidad de supervivencia, coherentes con la filosofía de diseño móvil en carretera que ha definido a la familia Jorramshahr.

Los informes de una ojiva de dos toneladas probada con éxito a velocidades hipersónicas por el ministro de Defensa Aziz Nasirzade apuntan aún más hacia un trabajo activo en cargas útiles capaces de soportar las inmensas tensiones térmicas y cinéticas del vuelo intercontinental.

Tales ojivas, ya sean convencionales o estratégicas, marcarían un paso decisivo hacia la verdadera capacidad de ICBM.

En última instancia, la decisión de desarrollar un ICBM no es solo una cuestión técnica, sino estratégica. Tal movimiento extendería la doctrina de disuasión de Irán desde un enfoque regional a un alcance global, remodelando fundamentalmente su papel en el panorama de seguridad internacional.

Un ICBM iraní operativo proporcionaría una disuasión directa contra potencias continentales y complicaría los cálculos estratégicos mucho más allá de la región de Asia Occidental.

Si se concretara, el Jorramshahr-5 no representaría un salto tecnológico repentino, sino la culminación de un proceso constante e incremental de innovación.

Basándose en los avances en propulsión a base de combustible líquido, control de vehículos hipersónicos y filosofía de diseño iterativa, marcaría la entrada de Irán en el nivel más exclusivo de los estados con misiles capaces, remodelando la estabilidad estratégica global durante las próximas décadas.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.