En una reunión mantenida el martes con el representante especial de Pakistán para Asuntos de Afganistán, Asef Ali Jan Dorrani, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán destacó el papel influyente de ambos países en los acontecimientos afganos como de toda la región.
El jefe de la Diplomacia persa expresó su esperanza de que las consultas continuas entre Teherán e Islamabad coadyuven en mejorar la paz en la región, especialmente para la nación afgana, y consideró perentorio respaldar las “iniciativas regionales” desarrolladas por los vecinos de Afganistán para ayudar a resolver los desafíos que se enfrenta este país de Asia Central.
Por su parte, el enviado paquistaní, al evaluar los acontecimientos regionales, expresó la determinación de Islamabad de cooperar con Teherán para establecer la paz y la estabilidad en Afganistán.
Dorrani llegó el lunes a Teherán, la capital iraní, en su primera visita oficial desde su nombramiento hace cuatro meses.
En efecto, tras más de 40 años de turbulencias políticas y la muerte de decenas de miles de civiles, Afganistán enfrenta numerosas dificultades económicas y sociales, las cuales se han agudizado desde que los talibanes tomaron el poder en agosto de 2020, tras la salida apresurada de EE.UU. del país centroasiático.
Tras la toma del poder por los talibanes, EE.UU. y sus aliados cortaron de inmediato el acceso de Afganistán a la ayuda internacional y congelaron los activos pertenecientes al banco central afgano.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) hicieron lo mismo, acentuando la crisis humanitaria en Afganistán y provocando una nueva ola de refugiados.
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