En una entrevista concedida el sábado a The New York Times, publicada el martes, Hosein Amir Abdolahian consideró “muy triste y trágica” la muerte de Mahsa Amini, acaecida el 16 de septiembre en un hospital en Teherán tres días después de que fue detenida por la policía moral.
El máximo diplomático persa dijo que el Gobierno iraní continúa investigando el caso y los otros Poderes del Estado; es decir, el Judicial y el Legislativo, también están comprometidos con aclarar todas las dimensiones de la muerte de la joven de 22 años.
Al denunciar que el Occidente ha lanzado una guerra mediática a ultranza contra la República Islámica, precisó que “algunos medios extranjeros” están provocando al pueblo iraní y las redes sociales “han sido movilizadas para convertir esto en algo contra la seguridad e instigar disturbios dentro de Irán”.
Desde Nueva York (Estados Unidos) donde se encontraba por la Asamblea General de Naciones Unidas, el máximo diplomático persa además hizo hincapié en que la República Islámica respeta el derecho de la gente a la protesta social, pero advirtió de que lo que está ocurriendo en Irán son disturbios y vandalismo.
“Las protestas son aceptables, pero deben ser pacíficas”, sentenció Amir Abdolahian, avisando, al mismo tiempo que Irán “responde a los disturbios, responde a las inseguridades con decisión y las confronta”.
Concluyó reiterando el compromiso de las autoridades del país para dar un seguimiento serio al caso de la joven fallecida, pero dejó claro que Teherán no permitirá que la seguridad y la estabilidad del país se vean afectadas por la campaña mediática y de provocaciones políticas extranjeras.
En los últimos días, vándalos, instrumentalizando la muerte de Amini, han provocado disturbios, incendios en varias mezquitas, agresiones contra las fuerzas de seguridad y destrozos parciales y totales en propiedades públicas y privadas en muchas ciudades del país.
El sábado, el Gobierno iraní avisó a Estados Unidos sobre su papel incitador de los disturbios, asegurando que ningún intento de violar la soberanía de Irán “quedará sin respuesta”. Esto, luego de que, en coincidencia con los disturbios, el Departamento del Tesoro estadounidense, que mantiene fuertes sanciones contra Irán, autorizara a las empresas tecnológicas ampliar sus servicios en el país persa para ayudar a los alborotadores.
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