• El presidente de EE.UU., Joe Biden, ofrece un discurso en la Casa Blanca, en Washington D.C., capital, 12 de marzo de 2021. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 19 de marzo de 2021 10:03
Actualizada: sábado, 20 de marzo de 2021 6:04

EE.UU. recurre a operaciones psicológicas para recuperar su imagen empañada bajo Trump y forzar a Irán a sentarse a la mesa de diálogo sobre su programa nuclear.

Para lograr su meta, la nueva Administración estadounidense, presidida por Joe Biden, va diciendo que ha establecido “contactos indirectos” con las autoridades de Teherán a través de mediadores europeos y de otros países.

Irán desmintió a principios de este mes en curso cualquier diálogo directo o indirecto con Estados Unidos sobre el acuerdo nuclear de 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés). “No hemos tenido, ni tenemos ningún contacto directo o indirecto con EE.UU. sobre el PIAC u otros temas”, aseveró el portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade.

De acuerdo a un informe publicado esta semana por la agencia iraní de noticias Nour News, que cita a analistas políticos del país persa, la insistencia de Washington en que comunica indirectamente con Teherán no es más que engaños y propagandas ampliamente respaldados por los medios de comunicación occidentales, en un intento por mostrar la supuesta determinación de Biden y su equipo para resolver diplomáticamente el caso nuclear iraní y volver a encarrilar el PIAC.

La Administración de Biden, se lee en la nota, que, con su gesto de “volver a la diplomacia”, busca ofrecer una imagen diferente de sí misma a la del Gobierno belicista de Donald Trump, intenta hacer lo imposible para regresar al acuerdo nuclear sin hacer concesiones algunas.

Para lograr su meta, la Casa Blanca intenta hacer creer que existen divisiones internas en Irán sobre esa ley y que las políticas irracionales de Biden en presionar al país persa son fructíferas y pueden allanar el terreno para el regreso fácil de Washington al PIAC, precisa el informe.

 

Biden, que se ha expresado listo para retornar al acuerdo, del que salió Estados Unidos por órdenes de su exmandatario, Trump, en mayo de 2018, se enfrenta a las críticas a nivel internacional por no hacer nada en los últimos dos meses en el poder para salvar el pacto.

Irán, la parte que ha cumplido el acuerdo a rajatablas durante un año después de la salida de EE.UU. y la reimposición de sanciones antiraníes, tomó una serie de acciones basadas en el artículo 36 del PIAC, incluida la reducción de sus obligaciones nucleares, para obligar al trío europeo —el Reino Unido, Francia y Alemania— a hacer algo para salvar el convenio.

Sin embargo, ante la pasividad de la parte europea, el Parlamento iraní aprobó en diciembre una ley que comandaba al Ejecutivo a detener la implementación voluntaria del Protocolo Adicional del Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear, a partir del 23 de febrero, si los firmantes del acuerdo nuclear no observaban sus obligaciones, como levantar los obstáculos para la exportación del petróleo iraní y sus productos derivados, entre otros.

EE.UU. y Europa, por su parte, han recurrido desde entonces a la diplomacia coercitiva para obligar a Irán a revertir este último y otros pasos que dio para reducir sus compromisos nucleares, todos en el marco del PIAC.

En esta misma línea, la troika europea intentó presentar a principios de marzo una resolución antiraní ante la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) que amonestaba a Teherán por restringir las actividades de inspección de la agencia. Sin embargo, Europa decidió por fin retirar el proyecto de resolución.

Aunque la Casa Blanca trató de mostrarse “satisfecha” con la retirada de la resolución antiraní, expertos aseguran que fue EE.UU. el que, en realidad, ideó un proyecto de resolución antiraní para incrementar la presión sobre el país persa. La República Islámica, sin embargo, dijo que nunca se someterá a las presiones y amenazas.

Irán ha rechazado las condiciones de la Administración de Biden para volver al acuerdo y ha venido reiterando que la vuelta de EE.UU. al PIAC pasa primero por el total levantamiento de las medidas restrictivas impuestas ilegal y unilateralmente en su contra.

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