Mohsen Fajrizade fue asesinado el 27 de noviembre en un ataque terrorista efectuado en la zona de Absard, en la provincia de Teherán. Para asesinar al físico nuclear iraní se emplearon armas inteligentes guiadas por satélite y armas láser, que pertenecían a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según los responsables persas. El Gobierno iraní, de hecho, asegura haber encontrado indicios que apuntan a la implicación de EE.UU e Israel en ese “crimen organizado”.
Sin lugar a dudas, los autores de este crimen, detrás de los que sin duda está el régimen terrorista de Israel, pagarán un alto precio, pero cuando sea el momento, enfatizó el viernes el director general para Asuntos de Paz y Seguridad Internacional de la Cancillería iraní, Reza Nayafi.
En declaraciones ofrecidas por videoconferencia en una reunión de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, por sus siglas en inglés), destinada a abordar la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus en este continente, Nayafi destacó el papel del asesinado físico en la producción del primer kit nacional para la detección de la COVID-19.
Las autoridades de alto rango del país persa han condenado tajantemente el atentado mortal contra el que también era jefe del Departamento de Investigación e Innovación del Ministerio de Defensa, y han prometido vengarse.
Tanto el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, como el presidente iraní, Hasan Rohani, han ordenado castigar con dureza a los autores intelectuales y materiales del crimen, haciendo hincapié en la importancia de seguir adelante con “la labor científica y técnica de este mártir en todos los ámbitos en los que estaba trabajando”.
Nayafi también aprovechó la oportunidad del foro para llamar a la comunidad internacional a hacer frente a las medidas coercitivas unilaterales y al terrorismo económico de Estados Unidos contra otras naciones, mientras el mundo entero se enfrenta a los terribles efectos de la pandemia de la COVID-19. De hecho, pidió la cooperación de todos para luchar contra el nuevo coronavirus e insistió en que todos los países debían tener igual acceso a la vacuna contra la COVID-19.
Irán ha denunciado una y otra vez que las “crueles” sanciones de EE.UU. obstaculizan los esfuerzos del país para comprar las vacunas y medicamentos necesarios contra el coronavirus.
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