• El superpetrolero Grace1 avistado cerca de las costas de Gibraltar, 15 de agosto de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 16 de agosto de 2019 7:59
Actualizada: viernes, 16 de agosto de 2019 10:11

La detención del superpetrolero Grace 1 por las fuerzas navales británicas en Gibraltar y su posterior liberación constituyó una “amarga experiencia” para Londres.

El Grace 1, cargado con 2,1 millones de barriles de petróleo iraní, fue abordado el 4 de julio por la Marina Real británica en aguas españolas del estrecho de Gibraltar bajo la sospecha de transportar crudo a Siria, país sujeto a sanciones de la Unión Europea (UE), aunque las autoridades iraníes rechazaban que se dirigiera al país árabe.

El incidente disparó una crisis diplomática entre Irán y el Reino Unido. Teherán aseguraba que el barco navegaba en aguas internacionales, al tiempo que acusó a Londres de “piratería” y advirtió de que respondería “en el momento apropiado”.

Tras la retención de Grace 1, el ministro de Exteriores en funciones de España, Joseph Borrel, señaló que la medida respondía a una petición hecha por parte de Washington.

El caso del petrolero Grace 1 se convirtió en una amarga experiencia para el Reino Unido, al mostrar que seguir a los elementos más radicales de la Administración Trump puede conllevar para los gobiernos costos jurídicos, políticos y estratégicos”, ha considerado el jurista iraní Reza Nasri, refiriéndose al asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton.

 

Ayer jueves, el Tribunal Supremo de Gibraltar ordenó levantar la retención del carguero, esto a pesar de los intentos sin éxito de EE.UU. que pidió a las autoridades de Gibraltar que mantuvieran retenido el barco.

“El caso del petrolero Grace 1 se convirtió en una amarga experiencia para el Reino Unido, al mostrar que seguir a los elementos más radicales de la Administración (Donald) Trump puede conllevar para los gobiernos costos jurídicos, políticos y estratégicos”, ha considerado hoy viernes el jurista iraní Reza Nasri en una conversación con la agencia oficial IRNA, refiriéndose al asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton.

El experto ha subrayado que la interceptación del carguero supuso desde el principio un acto “ilegal” llevado a cabo bajo las presiones de EE.UU., lo que le impuso a Gibraltar y Londres un “aventurismo no deseado”.

“Jurídicamente hablando, las bases de esta acción eran tan laxas que las autoridades británicas y gibraltareñas no podían explicar y esclarecer sus razones en las entrevistas y declaraciones públicas”, y hasta recurrieron a “actualizar” de cierto modo sus leyes para poder justificar la inmovilización del petrolero, agrega Nasri.

Días después de la captura de Grace 1, Irán inmovilizó el 19 de julio en el estrecho de Ormuz a un petrolero británico, el “Stena Impero”, sospechoso de no respetar el “código marítimo internacional”. Una decisión vista como una medida de represalia por los analistas.

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Ayer jueves, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores británico volvió a exigir a Teherán la liberación de “Stena Impero”.

El incidente con los petroleros se desarrolló dentro de un clima de creciente tensión entre Teherán y Washington por las sanciones impuestas por la Casa Blanca tras su abandono del pacto nuclear con Irán en 2018.

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