El Gobierno de EE.UU. anunció el viernes el cierre de su sede diplomática en Basora y el traslado de su personal diplomático a la embajada de Bagdad, invocando “amenazas” que atribuyó a Irán, después de las violentas protestas en esta ciudad del sur de Irak.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Bahram Qasemi, ha denunciado este sábado que las acusaciones inexcusables de Washington son parte de su plan para eludir la responsabilidad de sus acciones.
“La ridícula justificación para el cierre del consulado general de EE.UU. en Basora, que se produjo tras semanas de propaganda y falsas acusaciones contra Irán y las fuerzas iraquíes, es una maniobra sospechosa para evadir sus responsabilidades y culpar a otros”, ha sostenido Qasemi.
Además, tales afirmaciones se producen en el momento en que una serie de documentos muestran el papel que desempeñaron los agentes extranjeros en el reciente brutal ataque al consulado de Irán en Basora.
La ridícula justificación para el cierre del consulado general de EE.UU. en Basora, que se produjo tras semanas de propaganda y falsas acusaciones contra Irán y las fuerzas iraquíes, es una maniobra sospechosa para evadir sus responsabilidades y culpar a otros”, ha sostenido el portavoz de la cancillería iraní, Bahram Qasemi.
“Está claro que esas justificaciones infantiles de Estados Unidos forman parte de sus políticas encaminadas a presentar un Irak inseguro y presionar así al Gobierno de Bagdad”, ha indicado.
Desde principios de septiembre, la provincia de Basora ha sido escenario de protestas sociales en las que se piden mejores condiciones de vida. En el curso de estas manifestaciones se han producido ataques a varias sedes de instituciones públicas y representaciones diplomáticas, incluido el consulado iraní.
Las autoridades iraquíes aseguran que el ataque a las sedes gubernamentales en la ciudad de Basora fue planeado por Arabia Saudí y Estados Unidos para generar desorden en el país, en especial, tras la caída de los terroristas.
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