“El brutal ataque al consulado general de Irán causó muchos daños materiales”, ha indicado este viernes el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Bahram Qasemi, para después asegurar que ningún miembro de la misión persa se ha visto afectado.
En medio de violentas manifestaciones que continúan en la ciudad iraquí de Basora, situada el sur de Irak, un grupo de alborotadores interrumpió esta misma jornada en el consulado iraní y prendió fuego a la sede diplomática.
El vocero de la Cancillería persa, no obstante, ha advertido de las “manos ocultas y secretas” detrás de este acto de violencia que buscan destruir las relaciones amistosas entre Irán y el pueblo y Gobierno iraquíes.
Además, ha recordado al Gobierno iraquí su responsabilidad respecto a la seguridad de las representaciones diplomáticas extranjeras, y ha pedido a identificar, arrestar y castigar a los autores de este “crimen” organizado.
El brutal ataque al consulado general iraní (en la ciudad iraquí de Basora) causó muchos daños financieros”, ha indicado el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Bahram Qasemi.
La Cancillería iraquí, por su parte, ha condenado de manera contundente el “acto inaceptable que daña los intereses de Irak y sus relaciones internacionales”.
La provincia de Basora, la más rica en hidrocarburos del país y sin embargo una de las que más sufre a causa de infraestructuras deficientes, es escenario de protestas sociales desde el pasado martes en las que varias personas han muerto.
Las marchas, que denuncian la negligencia de la clase política, estallaron en un contexto de escasez de agua, de electricidad y de empleo, y se reavivó por una crisis sanitaria que llevó a más de 30 000 personas a ser hospitalizadas por intoxicación con agua contaminada.
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