La extrema dependencia de los EE.UU., la corrupción política, las torturas del SAVAK (el servicio de inteligencia de la dinastía Pahlavi), el flagrante desprecio por la ética islámica y la occidentalización, son algunas de las razones que desencadenaron la Revolución.
La celebración de un referéndum sobre el establecimiento de un gobierno fue una de las primeras medidas adoptadas por el gobierno interino tan solo dos meses después de la Revolución. El 98 % de los iraníes participó en el referéndum y el 99,5 % votó por la República Islámica.
Unos meses más tarde, antes del primer aniversario de la Revolución, la Constitución de la República Islámica se sometió a votación pública. Esta vez, el 98,2 % de la gente votó.
Desde entonces, han pasado casi 40 años en los que han tenido lugar 12 elecciones presidenciales, 10 elecciones parlamentarias, 5 elecciones a la Asamblea de Expertos y 5 elecciones de los Consejos Municipales y Locales.
El hecho de haber conseguido una democracia religiosa ha sido tan valioso para los iraníes, que han resistido de forma audaz ante la presión ejercida por los estadounidenses, que quieren reinstaurar, en Irán, un régimen totalitario y una monarquía dependiente.
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