“La Misión no ha detectado graves irregularidades”, dijo el viernes el informe preliminar del grupo de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezado por el excanciller paraguayo Rubén Ramírez, que respalda la labor de los órganos electorales peruanos.
El informe refuta las acusaciones planteadas por la derecha peruana sobre supuestos indicios de fraude en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, y el izquierdista Pedro Castillo, de Perú Libre, celebrada el 6 de junio.
Según los últimos datos presentados por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), con el 100 % de las actas escrutadas, Castillo, un maestro rural, tiene un porcentaje de votos del 50,170 % frente al 49,830 % de Fujimori.
Desde el primer instante tras conocerse los resultados, la derecha ha ido recurriendo a cualquier acusación para cuestionar la transparencia de la votación, incluso ha pedido la anulación de unos 200 000 votos de los indígenas en las zonas rurales, donde el izquierdista obtuvo un apoyo aplastante.
“La Misión destaca la coincidencia de ambas candidaturas de no proclamarse ganadores hasta que se hayan resuelto todas las impugnaciones”, añadió el reporte del grupo de la OEA.
El viernes, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de Perú anunció sorpresivamente la ampliación del plazo —otras 48 horas más— para presentar pedidos de nulidad de mesas de sufragio del balotaje, medida que favorecía al Fujimorismo.
Sin embargo, el Pleno del JNE revocó su decisión pocas horas después ante el amplio rechazo de los peruanos y la protesta del partido de Castillo, que consideró la medida “inconstitucional” y un “fraude consumado”.
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La controversia provocó que decenas de simpatizantes de ambos partidos se manifestasen en las calles de Lima, la capital.
El próximo presidente de Perú tendrá por delante un reto enorme y deberá tomar medidas inmediatas para superar la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, la recesión económica y la inestabilidad política, lidiando con un Congreso fragmentado y la corrupción. Además de todo esto, debe gobernar un país totalmente polarizado.
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