Según un informe de la Comisión Palestina para Asuntos de Detenidos y Exdetenidos, publicado este domingo, los detenidos en esta sección sufren represión y abusos diarios por parte de las autoridades penitenciarias israelíes, incluyendo constantes redadas en las celdas y severas restricciones en todos los aspectos de su vida.
Un abogado de la comisión ha declarado que la sección Gilad alberga entre 100 y 120 detenidos palestinos distribuidos en 12 celdas, por lo que los presos sufren pésimas condiciones para dormir, con espacio limitado para cada uno.
Detalla además que los detenidos sufren de una escasez de ropa y artículos de higiene; las camisas y la ropa interior se reemplazan solo una vez por semana. Cada preso recibe solo una manta y una toalla, que rara vez se cambian y a menudo están sucias.
El informe agrega que los pantalones solo se cambian si están rotos, lo que obliga a muchos a usar los mismos durante meses. Los prisioneros del centro están obligados a utilizar agua fría fuera de las celdas para bañarse y se limpian con detergente líquido para platos en lugar de champú o jabón.
La comida de los prisioneros consiste principalmente en pan y yogur, y solo se les proporciona atún o salchichas una vez por semana. Los detenidos se ven obligados a soportar bajas temperaturas, ya que las ventanas permanecen abiertas, expuestas al viento y la lluvia. Diariamente, se realizan redadas y castigos por motivos triviales o poco claros, como estar cerca de una ventana o rezar en grupo.
La comisión ha denunciado que los detenidos sufren aislamiento, palizas y descargas eléctricas. Ha citado casos en los que se roció con gas pimienta a presos por negarse a dirigirse a un oficial con la palabra hebrea para “gracias”.
Ellos son obligados a arrodillarse durante los pases de lista que se realizan cuatro veces al día, añade la comisión, e indica que se les prohíbe dormir después de las 6 de la mañana o permanecer despiertos por la noche, y que durante las visitas se les esposan las manos y los pies, y se les vendan los ojos, obligándolos a menudo a caminar con la cabeza gacha.
Este se suma a otros informes que revelan que los presos palestinos han sufrido apuñalamientos, violencia sexual, maltratos físicos y diversas vejaciones, según los testimonios ofrecidos a los medios por las propias víctimas.
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