Mahmud Abu Ful, de 28 años, quien fue arrestado el año pasado por el ejército israelí en el hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, ha declarado este sábado a la cadena catarí Al Jazeera que no tuvo noticias de una tregua ni de un alto el fuego antes de su liberación la semana pasada.
“Llevábamos semanas escuchando rumores —sin televisión, sin radio, sin noticias—, así que la gente seguía adivinando qué estaba pasando afuera”, ha afirmado.
Además, ha señalado que la Cruz Roja le había informado a él y a otros detenidos palestinos sobre su inminente liberación. “Cuando la Cruz Roja finalmente llegó y confirmó nuestra liberación, empezaron a leer nombres. Yo estaba entre los que figuraban en el intercambio; firmé los papeles y di gracias a Dios”.
Al subrayar que lo primero que pidió a Dios fue encontrar a su familia con vida y a salvo, ha relatado que los palestinos en las cárceles israelíes habían escuchado noticias terribles sobre “las condiciones catastróficas en el norte de Gaza, donde muchos habían muerto”.
“Intenté prepararme para lo peor —que tal vez escucharía algo devastador sobre mi familia—, pero en el fondo presentía que estaban vivos”, ha afirmado.
Asimismo, Abu Ful ha descrito su alegría como “incompleta”, declarando que “aunque era libre, no podía ver a mi familia”. Las severas torturas sufridas bajo la custodia del régimen sionista dejaron a Abu Ful ciego tras haber estado en coma.
En fecha anterior, un prisionero palestino liberado denunció que en las cárceles israelíes utilizan productos químicos inflamables para torturar a los palestinos.
El régimen israelí ha llevado a cabo una campaña de genocidio en la Franja de Gaza, que desde octubre de 2023 ha causado la muerte de más de 68 116 palestinos. Paralelamente, ha implementado todo tipo de maltratos y vejaciones contra los prisioneros palestinos detenidos.
Los presos palestinos han sufrido apuñalamientos, violencia sexual, maltratos físicos y diversas vejaciones, según los testimonios ofrecidos a los medios por las propias víctimas.
arz/rba
