Pese a que las organizaciones de ayuda humanitaria han advertido de que para paliar las necesidades sería necesario un flujo constante y mayores facilidades (al menos 50 camiones) para salvar vidas inocentes en Gaza, las autoridades israelíes aprobaron la entrada de solo dos camiones cisterna con combustible al día a la asediada franja palestina.
El régimen de Israel es “demasiado humanitario”, dijo el parlamentario Faturi y enfatizó que “Gaza debería ser quemada con combustible, no llevarlo allí. Nuestra política debe ser: No hay agua ni combustible hasta que nuestros prisioneros [cautivos] sean liberados”, remarcó.
“La preocupación de Israel por los tratos con HAMAS [Movimiento de Resistencia Islámica Palestina] y el corte de Internet o la introducción de combustible demuestra que no hemos aprendido nada”, enfatizó el miembro del parlamento israelí.
El extremista gabinete del primer ministro israelí anunció que el objetivo del envío de esta cantidad mínima de combustible es “garantizar el mantenimiento mínimo necesario de los sistemas de agua, residuos y saneamiento” para impedir el brote de enfermedades que “potencialmente” puedan extenderse también a las zonas ocupadas por Israel, según el documento recogido por el diario The Times of Israel.
Sin embargo, el portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Stéphane Dujarric, advirtió de que la cantidad de diésel autorizada por Israel para enviar a Gaza es “obviamente apenas una gota de la cantidad de combustible que necesitamos”.
Las graves carencias de combustible en el enclave costero —surgidas como consecuencia del bloqueo total impuesto por Israel desde el 7 de octubre— han conducido a la corte de agua potable —decenas de pozos de agua han dejado de bombear— y de electricidad en los hospitales de Gaza, lo que se ha cobrado la vida de decenas de pacientes hasta el momento.
Más de 12 000 personas, la mayoría niños y mujeres, han sido asesinados en el enclave marítimo como consecuencia de los implacables bombardeos israelíes que continúan por más de seis semanas.
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