El diario saudí Al-Sharq al-Awsat ha informado este miércoles que a pesar de la persecución de las fuerzas policiales y militares, el joven, un árabe beduino del Néguev, en el sur de los territorios ocupados palestinos, pudo escapar sin dejar huellas.
Esto se produjo en un momento en que se reveló otro gran robo en depósitos dentro de un campamento del ejército israelí. Estos incidentes han dejaron claro que hay una negligencia alarmante en la vigilancia de las bases militares, causando gran preocupación en Israel y duras críticas al ejército, que anunció ayer martes que tomará medidas estrictas para enfrentar a estos ladrones profesionales”.
El mes pasado, el comando del ejército israelí anunció el endurecimiento de las medidas de guardia en sus bases, especialmente los ubicados cerca de las ciudades árabes en el sur (el Néguev) y el norte (Galilea), luego de que se revelara que 93 000 balas y varias armas automáticas fueron robadas del aeródromo Sde Timan en el Néguev. El martes, sin embargo, este mismo aeródromo fue objeto de robo de cajas que contenían 20 000 balas.
“Estos robos tuvieron lugar, a pesar del anuncio del ejército israelí de que invertirá decenas de millones de shekels en mejorar la protección de las bases militares y los almacenes de armas”, criticó un experto militar.
Ante el aumento de los robos en las bases militares, el jefe del estado mayor israelí, el general de división Aviv Kochavi, ya había destituido y procesado a un grupo de oficiales israelíes, acusados de robar armas y de venderlas.
Expertos israelíes afirman que la adicción a las drogas de los militares israelíes es una de las razones principales de que roben y vendan las armas, miles de ellas, incluso de alta tecnología.
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