“La guerra puede haber durado seis días en papel. Pero en realidad su séptimo día lleva ya 50 años. La ocupación, la anexión y el control de algunos lugares más sagrados del mundo no solo han intensificado el conflicto, sino que han marcado un punto de inflexión en gran parte de la visión mundial sobre Israel”, se lee en un artículo del rotativo alemán Deutsche Welle.
El texto, publicado este lunes con ocasión del 50º aniversario de la ocupación de los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este en 1967, precisa que, unos meses antes de la guerra, un documento oficial había concluido que la anexión de Cisjordania sería una idea terrible.
Señala también que la organización Waqf, oficio de bienes religiosos musulmanes de Al-Quds, ofreció la semana pasada una oferta al régimen de Israel que podría reducir las tensiones, no obstante, el periódico cree que lo rechazara.
De acuerdo con el diario alemán, hace 50 años, casi nadie pensaba en la anexión de Al-Quds y aquellos pocos que soñaban con esto eran considerados "fanáticos", por lo que resulta asombroso que hoy el régimen israelí rechace incluso las más pequeñas concesiones sobre esta región.
A modo de colofón, pone énfasis en que para terminar esta guerra resulta imprescindible que el régimen de Tel Aviv, inicie una verdadera negociación de paz con los palestinos.
La guerra puede haber durado seis días en papel. Pero en realidad su séptimo día lleva ya 50 años. La ocupación, la anexión y el control de algunos lugares más sagrados del mundo no solo han intensificado el conflicto, sino que han marcado un punto de inflexión en gran parte de la visión mundial sobre Israel”, señala un artículo del rotativo alemán Deutsche Welle.
El 5 de junio de 1967 se inició la Guerra de los Seis Días, cuando Israel comenzó la ocupación de la región oriental de Palestina, que mantiene hasta hoy, y la de Gaza, sometida a implacable bloqueo desde hace años, tras la salida de la Franja de los militares israelíes en 2005.
Desde entonces, el régimen de Tel Aviv se esfuerza por cambiar la composición demográfica de Al-Quds y judaizarla con medidas como la construcción de asentamientos ilegales, la destrucción de los lugares históricos y la expulsión de la población palestina.
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