“Cuando entramos en la posición, eliminamos a Baha [Abu al-Ata] y atacamos a Damasco (la capital siria)”, dijo el viernes el ministro israelí de asuntos militares, Naftali Bennett.
El pasado 12 de noviembre, las fuerzas israelíes llevaron a cabo dos ataques en dos zonas geográficas distintas. Un ataque mató a un comandante de alto rango del Movimiento de la Yihad Islámica Palestina, Baha Abu al-Ata, de 42 años, y a su esposa en la asediada Franja de Gaza. Pero, la operación israelí para asesinar a Akram al-Ajouri, otro comandante palestino, fracasó en Siria.
Israel no hizo comentarios en aquel momento sobre el ataque a Siria, pero tanto los funcionarios palestinos como sirios acusaron de inmediato al régimen israelí.
Dos misiles impactaron la casa de Al-Ajouri, “matando a su hijo Muadh y a otra persona”, informó la agencia siria oficial de noticia SANA. El guardaespaldas de Al-Ajouri también fue asesinado y otros seis resultaron heridos.
Israel ha llevado a cabo cientos de ataques aéreos contra las posiciones de las fuerzas que luchan contra el terrorismo en Siria, pero no había hecho comentarios al respecto.
A pesar de que Israel expresó su neutralidad ante el conflicto de grupos armados y terroristas en Siria, según varios informes, ese régimen ha estado participando en la guerra de forma activa.
De hecho, además de ofrecer apoyo logístico y armamentista a las bandas extremistas para derrocar el Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, de vez en cuando bombardea las posiciones del Ejército sirio y sus aliados.
Una fuente desde Damasco, confirmó recientemente al portal Al-Masdar News que los cazas y misiles israelíes violan el espacio aéreo de El Líbano para atacar a Siria.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, las unidades de defensa aérea de Siria frustran dichos ataques.
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