• Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante su visita a Moscú, 5 de marzo de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 6 de marzo de 2020 18:20
Actualizada: viernes, 6 de marzo de 2020 19:00

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, admite que su Ejército sufrió un gran número de bajas en la fallida campaña contra el Ejército sirio en Idlib.

Hemos tenido mártires. Finalmente, nos sentamos en la mesa ayer y acordamos un alto el fuego a partir de la medianoche (de jueves). Esperamos que (la tregua) continúe”, ha señalado el jefe del Estado turco en declaraciones realizadas este viernes durante la rueda de prensa que ofreció a bordo del avión en el que regresaba desde Moscú, la capital rusa.

El mandatario turco y su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, sellaron un acuerdo de alto el fuego para poner fin a semanas de tensión en Idlib y eliminar el riesgo de un choque directo entre tropas turcas y rusas, que combaten en bandos enfrentados en el país árabe.

Erdogan ha destacado que el acuerdo “defiende las fronteras de nuestro país de los ataques del ejército sirio y defiende a nuestros militares y a los civiles”.

El acuerdo llegó semanas después de que escalara la tensión entre el Ejército sirio y militares turcos en la provincia de Idlib (noroeste sirio), donde resultaron muertos más de 60 soldados turcos.

 

Al verse incapaz de hacer frente al Ejército sirio e impedir su avance ante sus fuerzas proxis —que abarcan bandas armadas y facciones extremistas—, el mandatario turco exigía a EE.UU. y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), involucrarse en el conflicto, petición rechazada por Washington y los países europeos.

De hecho, este acuerdo, impuesto por los sirios, supone una victoria contundente para Damasco, ya que, para lograrlo, Ankara abandonó todas las peticiones, amenazas y los ultimátum al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.

Por otro lado, el pacto consolida todos los avances del Ejército sirio por Idlib y pone de relieve el fracaso, tanto militar como diplomático de Erdogan, que no pudo ganarse el apoyo de sus aliados europeos, a pesar de sus provocaciones con los refugiados.

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