La Cancillería mexicana ha pedido al Departamento de Justicia de Estados Unidos participar en la investigación de los tres casos para asegurarse de que se conduzcan con transparencia y que se deslinden las responsabilidades de los agentes involucrados en estas muertes.
“No pueden verse de manera aislada” los tres casos, enfatiza el comunicado de prensa de la Cancillería mexicana el lunes, que destaca además un presumible “uso excesivo de la fuerza” por parte de los agentes estadounidenses y la “profunda consternación y molestia” que estos incidentes provocan en el Gobierno de México.
Ernesto Javier Canepa Díaz murió el pasado viernes en el condado de Orange, en el sur del estado, a resultas de los disparos de agentes de Policía de la ciudad de Santa Ana. Las circunstancias precisas no han sido comunicadas.
La muerte de Canepa Díaz se suma a las de Antonio Zambrano Montes, el 10 de febrero en el estado de Washington (noroeste) y Rubén García Villalpando, el 20 de febrero en Texas (sureste), también a manos de uniformados estadounidenses.
La Cancillería mexicana ha pedido al Departamento de Justicia de Estados Unidos participar en la investigación de los tres casos para asegurarse de que “se conduzcan con transparencia y que se deslinden las responsabilidades de los agentes involucrados en estas muertes”.
También ha manifestado su inquietud, en una misiva al fiscal del condado californiano, el Consulado de México en Santa Ana.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha manifestado que, entre las autoridades mexicanas, existe una “profunda preocupación por la fractura en la confianza entre la comunidad hispana y las corporaciones policíacas” estadounidenses.
Desde 2006, al menos 74 mexicanos han muerto a manos de agentes fronterizos y de policías de Estados Unidos. Solo en nueve casos han obtenido resarcimiento económico los familiares de los muertos.
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