Durante la ceremonia del entierro, celebrado el sábado en Michoacán, oeste de México, los parientes y amigos de Zambrano vestidos con camisetas en las que se leía: “exigimos justicia”, exhortaron al Gobierno mexicano que no permitiera que “este artero crimen quede impune”.
“Lo trataron como un delincuente, cuando realmente mi sobrino no era malo, no le hacía daño a nadie, el se defendió de los policías con piedras y el video muestra cómo ellos le dispararon hasta en 17 ocasiones”, lamentó la tía del asesinado, María Montes.
Por su parte, la madre del joven fallecido, Agapita Montes, expresó su profundo pesar por la pérdida de su hijo: “(…) si se te muere un hijo no hay cómo decirle”. Ella y la esposa de Zambrano han presentado dos reclamaciones legales a la Justicia de EE.UU. y en este sentido, Agapita Montes se presentará dentro de unos días ante una corte en la ciudad de Seattle.
El cuerpo de Zambrano Montes, de 35 años de edad, fue repatriado el viernes a México y sepultado ayer (sábado) en su comunidad nahua en Pómaro.
Él no fue el primer mexicano que perdió la vida por el uso excesivo de la fuerza de la Policía estadounidense. El 27 de febrero, Ernesto Javier Canepa Díaz, también murió a consecuencia de los disparos de los oficiales del condado de Orange en California y en otro acto similar, Rubén García Villalpando falleció el 20 de febrero en el distrito de Tarrant, en Texas.
Al menos 74 mexicanos han muerto desde 2006 a manos de agentes de la Patrulla Fronteriza y de policías estadounidenses, y solamente en nueve casos se ha obtenido un resarcimiento económico en favor de sus familiares.
Cabe agregar que el Gobierno mexicano expresó el lunes su profunda “consternación y molestia” por el uso excesivo de la fuerza policial en los tres casos.
msm/ktg/rba
