“Condenamos firmemente la decisión del Gobierno boliviano de restaurar sus relaciones diplomáticas con la criminal entidad sionista y la marcha atrás en el paso honorable dado por el anterior Gobierno de Bolivia para cortar relaciones con la ocupación ante el genocidio cometido contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza”, ha destacado este jueves el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).
En este contexto, el movimiento palestino ha exigido a las autoridades del país sudamericano que “no participen en el blanqueo de la ocupación y del criminal de guerra (Benjamín) Netanyahu” y que “se ciñan a su posición histórica en apoyo a la causa justa del pueblo palestino y su legítima lucha por la liberación y la independencia”.
“Renovamos nuestro llamamiento a todos los países y organizaciones para que sigan aislando a la entidad sionista y la hagan rendir cuentas por sus crímenes contra nuestro pueblo y sus graves violaciones del Derecho Internacional y los valores humanos”, ha resaltado.
El Gobierno actual de Bolivia, retoma relaciones con Israel en pleno genocidio en Gaza y pese al creciente despojo de tierras palestinas, en un giro diplomático que ha generado indignación.
El martes, la administración boliviana confirmó que el canciller Fernando Aramayo se reunirá en Washington con representantes israelíes para avanzar en el “restablecimiento pleno” de las relaciones diplomáticas, interrumpidas en octubre de 2023 en protesta por la guerra genocida contra la Franja de Gaza.
La decisión del gobierno derechista de Rodrigo Paz Pereira representa un giro abrupto en la política exterior boliviana: de ser un país pionero en América Latina en criticar las atrocidades cometidas por Israel y en cortar lazos con el régimen de Tel Aviv, ahora normaliza vínculos con un régimen señalado internacionalmente por crímenes de guerra, bombardeos indiscriminados y décadas de despojo territorial contra el pueblo palestino.
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