El documento firmado por Donald Trump plantea restaurar la supremacía estadounidense en el Hemisferio Occidental, autoriza el uso de fuerza letal contra cárteles y coloca la frontera con México como prioridad militar.
En México, la reacción es de firme rechazo ante una doctrina históricamente ligada al intervencionismo y a la pérdida territorial.
La Casa Blanca exige alinear al hemisferio bajo sus valores, ampliar presencia militar, controlar rutas marítimas y evitar la influencia de potencias externas. Para México, esto implica riesgos directos para su soberanía y para la relación bilateral.
Frente a esta visión de dominio regional, diversas voces mexicanas subrayan que el país no aceptará volver a un esquema donde sus decisiones se definan desde Washington o cualquier otra potencia imperialista.
Desde México, rechazan el recrudecimiento de la doctrina Monroe que pretende la administración Trump, en tanto repudian sus ataques injustificados e ilegales contra embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, y sus amenazas contra Venezuela y Colombia.
Sara Morales Gallego, Ciudad de México.
kmd/rba
