Por segunda vez en tres días, cientos de simpatizantes del líder del Movimiento Sadr de Irak, Muqtada al-Sadr, se congregaron el sábado en el centro de Bagdad (la capital) para rechazar la nominación de un nuevo primer ministro, o sea, Muhamad al-Sudani, por parte del bando político rival, e irrumpieron en el interior del Parlamento, tras entrar en la Zona Verde —que alberga sedes del Gobierno y embajadas occidentales como la de EE.UU. y el Reino Unido—.
“Los manifestantes anuncian una sentada hasta nuevo aviso”, ha comunicado este domingo el movimiento de Sadr en una breve nota de prensa publicada por el medio Iraqi News Agency (INA).

Por su parte, el premier iraquí, Mustafa al-Kazemi, ha instado a los bloques políticos de Irak a “sentarse, negociar y llegar a un acuerdo” para resolver los problemas pendientes y evitar el derramamiento de sangre.
“Se debe evitar el lenguaje de la traición y la exclusión, y se debe mostrar un espíritu patriótico alto e inclusivo. Mil días de diálogo tranquilo son mejores que un momento en el que se derrama una gota de sangre iraquí [...] Asumiremos la responsabilidad, y estamos dispuestos a hacer cualquier cosa por Irak [...] El dilema es político, y su solución es política”, ha enfatizado.

A su vez, el líder iraquí de la coalición Al-Fatah, Hadi al-Ameri, ha pedido a los partidos políticos y al pueblo de Irak estar atentos a la sedición y ha invitado a la moderación para resolver el problema a través del diálogo.

El líder del Movimiento de Sabiduría Nacional de Irak, Amar al-Hakim, es otra figura que ha reaccionado a los recientes acontecimientos y ha llamado al Movimiento Sadr a que entable un diálogo abierto y directo.
“La crítica situación iraquí por la que atraviesa hoy la arena interna requiere que todos den prioridad al lenguaje de la razón, la lógica, el diálogo y la concesión a Irak y su pueblo”, ha acentuado.
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