• Un iraquí sujeta un retrato del clérigo chií Ali Sistani en la ciudad de Basora, sur de Irak.
Publicada: viernes, 4 de octubre de 2019 15:18

Irak arresta a miembros de una banda terrorista que buscaban matar, en medio de las protestas, al máximo clérigo chií del país, el gran ayatolá Seyed Ali Sistani.

La cadena libanesa Al Mayadeen, citando al gobernador de la ciudad de Nayaf (centro-sur), Luay al-Yaseri, ha informado este viernes que las fuerzas iraquíes han detenido a los miembros de la banda que habían entrado en la ciudad santa, donde vive el gran clérigo iraquí con el fin de atentar contra su vida.

Sin embargo, el funcionario no ha ofrecido detalles sobre las identidades de los detenidos ni los posibles patrocinadores de los autores de la trama que fue planeada en medio de las protestas antigubernamentales que este viernes han entrado en su cuarto día consecutivo.

La ola de protestas se desencadenó el 1 de octubre en Bagdad (la capital) cuando los manifestantes iraquíes se reunieron en la plaza Tahrir para reclamar sus demandas económicas y pedir más esfuerzos contra la corrupción.

De inmediato, las manifestaciones se propagaron y se volvieron violentas de manera sospechosa y dejaron tras de sí algunos muertos, entre ellos, civiles y efectivos de las fuerzas de seguridad. Dada la gravedad de la situación, los partidos políticos del país, al igual que los jefes de los tres Poderes de Irak —Ejecutivo, Legislativo y Judicial—, llamaron a los manifestantes a ejercer el “autocontrol” y no recurrir a medidas violentas.

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El premier iraquí, Adel Abdul-Mahdi, ha dicho este mismo viernes que respetará las legítimas reclamaciones de los manifestantes y, al mismo tiempo, les ha pedido prudencia para que sus reivindicaciones no se traduzcan en actos violentos. Bagdad ha adoptado medidas para satisfacer las demandas de los manifestantes, entre ellas la destitución de 1000 funcionarios del país árabe debido a la corrupción.

Por otro lado, Abdul-Mahdi ha lamentado que ciertas personas hayan manipulado las protestas para cambiar su curso pacífico, dejando entrever que estas movilizaciones podrían haber sido orquestadas desde el exterior del país para agravar la actual situación con fines políticos.

En este contexto, algunos medios occidentales y árabes, en particular de Arabia Saudí, exageran las protestas con la intención de alentar la violencia en el país árabe y acusar a las fuerzas de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), que tiene una larga historia de lucha contra los terroristas, de reprimir a los manifestantes.

Los disturbios se producen cuando millones de peregrinos se están preparando para viajar a las ciudades santas iraquíes de Karbala y Nayaf para rememorar el Día de Arbain, ceremonia que ha encontrado una importancia adicional en los últimos años, ya que se ha convertido en un grito de guerra contra los terroristas, como del EIIL (Daesh, en árabe).

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