Publicada: domingo, 8 de junio de 2025 21:18

El ex primer ministro israelí Ehud Olmert ha criticdo la “guerra sin propósito” de Netanyahu contra Gaza, que ha dejado más de 54 000 muertos hasta la fecha.

Por: Alireza Akbari

El 27 de mayo —día 599 de la guerra genocida israelí contra Gaza— el ex primer ministro israelí Ehud Olmert criticó con dureza la campaña militar liderada por el régimen de Benjamín Netanyahu, calificándola como una “guerra sin propósito” contra los palestinos en el asediado enclave, que hasta la fecha ha cobrado más de 54 000 vidas.

Según Olmert, la ofensiva emprendida por el régimen israelí carece de objetivos, planificación clara y posibilidades de éxito, en el transcurso de la cual “miles de palestinos inocentes están siendo asesinados, además de numerosos soldados israelíes”.

“Las operaciones recientes en Gaza no guardan relación alguna con metas bélicas legítimas. Esta es ahora una guerra política privada. Su consecuencia inmediata es la conversión de Gaza en una zona de desastre humanitario”, escribió el exmandatario y rival político de Netanyahu en un artículo publicado en Haaretz.

“Lo que estamos haciendo en Gaza es una guerra de devastación: matanzas indiscriminadas, ilimitadas, crueles y criminales de civiles. Es el resultado de una política gubernamental dictada a sabiendas, con malicia, de forma perversa e irresponsable.”

Tres días después, el 30 de mayo, el parlamentario israelí Ofer Cassif responsabilizó al régimen de Netanyahu de perpetrar un “genocidio” en Gaza, bajo el pretexto de presionar al Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) para sentarse a negociar.

En una entrevista transmitida por Sky News el mismo día, Cassif condenó la campaña genocida emprendida por Israel en octubre de 2023, tras la histórica operación Tormenta de Al-Aqsa.

Apoyó cualquier iniciativa que pusiera fin a las “atrocidades y al genocidio en Gaza” por parte del régimen israelí, y que garantizara la liberación de los cautivos israelíes.

No obstante, Cassif fue tajante al criticar al régimen de Netanyahu por entorpecer activamente los esfuerzos de paz en el asediado territorio costero palestino. Citó el 18 de marzo como la fecha en que el régimen israelí rompió el alto el fuego con HAMAS, movimiento de Resistencia con base en Gaza.

Cuando se le preguntó sobre el objetivo declarado por Israel de ejercer “presión militar” para forzar a HAMAS a negociar, Cassif refutó tajantemente dicha afirmación y respondió: “Eso es una absoluta mentira”.

Añadió que la parte que violó y saboteó todo tipo de acuerdo o posibilidad de alcanzar uno para detener la masacre en Gaza y liberar a los cautivos fue, en general, el régimen israelí, y en particular Netanyahu.

Fue el 28 de octubre de 2023 cuando Netanyahu, en un discurso televisado, proclamó públicamente los objetivos militares de Israel: “destruir las capacidades militares y gubernamentales de HAMAS” y “traer a casa a los rehenes”.

Sin embargo, a 19 meses de iniciada la campaña genocida en el enclave palestino, dichos objetivos permanecen incumplidos —y, según analistas tanto occidentales como israelíes, son inalcanzables sin un alto el fuego permanente y un compromiso genuino con sus términos.

El parlamentario israelí Ofer Cassif (derecha) condenó la guerra genocida de Israel contra Gaza el 30 de mayo.

 

En palabras del miembro del parlamento israelí, fue el gabinete de Netanyahu quien tomó la decisión de violar el alto el fuego, ofreciendo “diversas excusas falsas” para justificar la reanudación de los ataques.

Por lo tanto, “toda la culpa recae” sobre el régimen israelí, subrayó.

Casi una semana antes de sus declaraciones televisadas, Cassif se unió a cientos de manifestantes en una protesta contra la guerra en Tel Aviv, donde denunció enérgicamente la campaña genocida en Gaza.

“Estamos aquí hoy para manifestarnos contra el genocidio en curso en Gaza”, declaró Cassif ante la multitud. “No hay una guerra en Gaza. Lo que hay es un genocidio —atrocidades, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad.”

Los manifestantes a su alrededor portaban pancartas con frases como “Detengan los horrores en Gaza” y “Los seres humanos no son daños colaterales”, mientras algunos sostenían fotografías de niños palestinos muertos en bombardeos israelíes.

Un día después de la aparición de Cassif en Sky News, se sumaron nuevas críticas desde el ámbito académico, esta vez por parte de Assaf Meydani, politólogo y jurista israelí. Meydani señaló la “supervivencia política de Netanyahu” como el principal motor del régimen, y advirtió que este se encuentra atrapado en un peligroso estancamiento.

Describió la situación como una parálisis prolongada: “Israel ya no puede soportar más meses de estancamiento”, según declaró a medios locales.

“El problema es que Israel ya no puede permitirse seguir meses más en esta parálisis —ni en la guerra, ni en la reconstrucción del sur y del norte, ni en la confrontación política, ni en su relación con Occidente— todo ello en nombre de la supervivencia política de Netanyahu”, sostuvo Meydani.

Esa misma semana, el diario israelí Yedioth Ahronoth analizó la respuesta formal de HAMAS a una propuesta presentada a finales de mayo por el enviado especial de EE.UU. para Asia Occidental y principal negociador, Steve Witkoff.

La propuesta contemplaba un alto el fuego permanente, la retirada total de Israel de la Franja de Gaza y garantías para que la ayuda humanitaria llegara sin interrupciones al pueblo palestino.

En su análisis, el periodista israelí Avi Issacharoff señaló que la respuesta de HAMAS al plan de Witkoff vuelve a dejar claro que, pese a las voces que aseguran que el grupo está bajo presión extrema y al borde del colapso, la realidad sobre el terreno es radicalmente distinta.

“HAMAS no muestra indicios de estar dispuesto a rendirse ni a entregar sus armas”, escribió.

El periodista Avi Issacharoff

   

La resiliencia de HAMAS, a pesar de casi 19 meses de bombardeos implacables sobre Gaza por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, se convirtió en un tema dominante a finales de mayo en los medios de comunicación israelíes.

Una ola de críticas surgió contra el gabinete de Netanyahu, acusándolo de prolongar una guerra fútil, no con fines militares, sino para su propia preservación política.

Según evaluaciones citadas por oficiales militares israelíes, la “verdadera fuerza de HAMAS radica en su conexión con la población y en la instauración de una ideología profundamente arraigada”.

El sitio de noticias Walla, en un informe de finales de mayo, citó al corresponsal militar Amir Bohbot, quien reveló que el plan original de guerra de Israel preveía una campaña que duraría solo unos pocos meses, pero ahora la situación se ha vuelto “complicada y sin resolución”.

“HAMAS sigue comprometido con su camino e incluso está intensificando sus esfuerzos por restaurar sus capacidades militares y mantener el control sobre Gaza”, escribió Bohbot, según Walla.

Su evaluación fue respaldada por el periodista Elisha Ben Kimon, quien, en una columna para Yedioth Ahronoth, detalló la continua resiliencia de HAMAS a pesar de las prolongadas ofensivas genocidas israelíes.

“A pesar del esfuerzo militar masivo por parte del ejército israelí, la organización [HAMAS] sigue viva, respirando y activa. Pequeñas células continúan resistiendo, y en la parte norte de la Franja, el [ejército israelí] se ve obligado a regresar repetidamente a las mismas áreas”, observó Ben Kimon.

También ofreció una crítica al gabinete de Netanyahu y a la deriva estratégica que caracteriza la guerra contra Gaza.

“Han pasado seiscientos días desde que comenzó la guerra en Gaza, y Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, sigue en una encrucijada —dudoso e incapaz de tomar una decisión”, escribió Ben Kimon, describiendo un entorno político en el que facciones —“desde Trump y Witkoff en Occidente hasta Smotrich y Ben Gvir en el Este”— intentan dirigir a Netanyahu hacia resultados divergentes.

Previamente, el 26 de mayo, los medios israelíes informaron sobre crecientes tensiones dentro del ejército, incluidos signos de agotamiento y angustia psicológica. Según los informes, casi 1 de cada 8 reservistas ha sido considerado mentalmente no apto para el combate, muchos de ellos afectados por trastorno de estrés postraumático (TEPT).

 

Al mismo tiempo, el ejército israelí dio a conocer una expansión significativa en el número de tropas a través de una conscripción forzosa, aumentando el número de soldados movilizados a unos estimados 450 000 —la cifra más alta en la historia del ejército israelí.

La futilidad de la campaña genocida también fue subrayada días antes por el corresponsal de guerra Ron Ben Yishai, quien escribió en Yedioth Ahronoth el 22 de mayo: “La presión militar ejercida actualmente por el ejército israelí en la Franja también ha perdido gran parte de su efectividad”.

El analista israelí Avi Issacharoff describió las renovadas ofensivas israelíes —denominadas “Operación Carros de Fuego de Gedeón”— como una probable decepción para aquellos que esperaban un punto de inflexión en la guerra contra Gaza.

“Para aquellos que esperaban que la operación Carros de Fuego de Gedeón condujera a un resultado diferente al que se ha logrado en el último año y siete meses desde el inicio de la guerra, es probable que se decepcionen”, escribió Issacharoff en Yedioth Ahronoth.

“La verdad debe ser dicha, por más difícil que sea: las medidas israelíes tomadas durante el año y siete meses desde el inicio de la guerra en Gaza han cambiado la situación en la Franja de Gaza —pero no de una manera que altere la ecuación. HAMAS sigue en pie”.

Mientras tanto, los analistas señalan que las repercusiones regionales del genocidio en Gaza solo han aumentado, con ataques represivos desde Yemen en solidaridad con Gaza —muchos de ellos dirigidos al estratégico Aeropuerto Ben Gurion— marcando una nueva fase de alarma y vulnerabilidad para el régimen israelí.

A principios de mayo de 2025, el medio financiero hebreo Globes informó que la aerolínea de bajo costo con sede en Dublín, Ryanair, estaba considerando redirigir sus vuelos fuera del espacio aéreo israelí debido a las crecientes preocupaciones de seguridad. La aerolínea mostró signos de estar “harta de la situación” en los territorios ocupados.

Al mismo tiempo, el Grupo Lufthansa anunció suspensiones de vuelos ampliadas, lo que generó temores entre los observadores de la industria de que más aerolíneas pudieran seguir el mismo camino, lo que potencialmente elevaría los precios de los boletos durante los meses de verano y las temporadas festivas.

A mediados de mayo, surgieron más críticas en las páginas de Yedioth Ahronoth, donde el veterano periodista Ronen Bergman escribió sobre la creciente desilusión entre los colonos, los soldados y las familias de los cautivos.

“Incluso el propio ejército está luchando por entender qué está haciendo y a dónde conduce este camino. Por otro lado, están las familias de los cautivos, que ven esta operación como un gran riesgo sin esperanza real”, dijo Bergman.

“El ejército israelí está llevando a cabo una campaña que sabe que no puede lograr uno de sus principales objetivos —liberar a los cautivos”, añadió, advirtiendo que las ofensivas israelíes están destinadas a fracasar.

Mientras tanto, varios informes en los medios israelíes señalaron la reanudación de la ofensiva israelí en Gaza el 18 de marzo, una escalada que coincidió con los ataques represivos desde Yemen.

El 18 de mayo, The Times of Israel informó que, desde la reanudación de la ofensiva en marzo, el movimiento Ansarolá de Yemen había lanzado “35 misiles balísticos y al menos 10 drones hacia Israel”.

A mediados de mayo, comenzaron a surgir informes sobre una creciente fisura entre Washington y Tel Aviv, particularmente por la decisión de Estados Unidos de negociar de manera independiente con Yemen y participar con HAMAS —esfuerzos que llevaron a la liberación del cautivo israelí-estadounidense Idan Alexander.

El 16 de mayo, Israel Hayom citó al comentarista de guerra Yoav Limor, quien señaló la ruptura estratégica: “La asociación israelí-estadounidense se dejó de lado esta semana. No se canceló completamente, pero Washington dejó claro que avanza con sus propios intereses”.

“Esto fue evidente en todos los asuntos y en todas las arenas: en el acuerdo con los hutíes, en el que Israel no tuvo participación; en el acuerdo con HAMAS que llevó a la liberación de Idan Alexander, que Israel solo conoció a través de inteligencia”, dijo Limor.

La desconexión política también fue observada por el periodista israelí Avi Issacharoff el 13 de mayo, quien la describió como “una clara indicación de un fracaso extraordinario por parte del liderazgo político en Israel”.

Ese mismo día, Maariv citó al investigador Avi Ashkenazi, quien se refirió a la estrategia de Netanyahu como “una aventura incomprensible”.

“Hace meses, Israel debería haberse encaminado hacia negociaciones para liberar a todos los cautivos, determinar el día después en Gaza y poner fin a la guerra interminable allí”, afirmó Ashkenazi.

El periodista Ronen Bergman

 

Anteriormente, el 9 de mayo, Israel Hayom citó a Limor, quien criticó el silencio de los altos funcionarios del régimen respecto a los cautivos aún retenidos en Gaza.

“Netanyahu y Katz permanecen en silencio porque tienen miedo. Temen el tema de los cautivos, que fueron dejados sin protección en violación del acuerdo aprobado y firmado por el gobierno israelí”.

Limor también desestimó la dependencia continua del gabinete israelí en el uso de la fuerza como camino para resolver la crisis de los cautivos. “Los ministros imaginan un mundo donde la presión militar obligaría a HAMAS a levantar la bandera blanca y liberar a los cautivos. Eso no va a suceder”, declaró.

Junto a esta campaña genocida fútil y desastrosa, se ha informado que el ejército israelí ha alcanzado su punto de quiebre, según los analistas militares. A principios de mayo, Maariv informó sobre un grave vacío de personal dentro de las filas del ejército israelí debido a la prolongada agresión en Gaza.

“El ejército se da cuenta de que ha cruzado la línea roja en cuanto al número de soldados en servicio regular. El ejército israelí sufre una escasez de más de 10 000 soldados en servicio regular, incluidos 7000 combatientes y 3000 personal de apoyo al combate en las líneas del frente”, informó el diario.

Además de las tensiones en los recursos humanos, el régimen israelí ha enfrentado reacciones económicas en el comercio marítimo debido a las continuas operaciones represivas de Yemen en solidaridad con Gaza.

El 5 de mayo, Maariv informó que, durante más de un año y medio, el ejército de Yemen había interrumpido el tráfico marítimo a través del estrecho de Bab El-Mandab, bloqueando efectivamente el acceso al puerto de Eilat. El medio describió las operaciones de Yemen como un “logro sin precedentes”.

“Tuvieron éxito en atacar uno de los símbolos de la soberanía israelí, pero también lograron cumplir la misión que se habían propuesto: hacer todo lo posible por aislar a Israel del mundo exterior —y lo están logrando de manera notablemente eficaz”, señaló el informe.

El periodista Nadav Eyal

 

El periodista Nadav Eyal, escribiendo en Yedioth Ahronoth a principios de mayo, también se centró en las condiciones deterioradas dentro del ejército israelí. “Hay frustración dentro del Estado Mayor sobre la manera en que el escalón político está empujando hacia una operación irreversible en la Franja de Gaza”, informó.

Eyal también hizo referencia a un momento revelador que subrayó el impacto económico y psicológico más amplio de la guerra, comentando que habló con “dos empresarios que iban a un evento profesional en Israel,” cuyo vuelo había sido cancelado —un incidente que, según dijo, reflejaba las consecuencias generales de la retaliación de Yemen contra el régimen israelí.

Según Eyal, el daño económico acumulado por los ataques se espera que tenga “una importancia a largo plazo”.

En otro signo de desilusión pública sobre la gestión de los cautivos israelíes en Gaza por parte del régimen, Yedioth Ahronoth publicó los resultados de una encuesta de opinión pública el 2 de mayo, en la que se preguntaba a los colonos israelíes si creían que el régimen actuaría para asegurar su liberación si algún día fueran tomados cautivos.

Casi el 60 por ciento respondió que no creen que el régimen israelí haría un esfuerzo, o que solo haría esfuerzos mínimos. Solo el 17 por ciento respondió ‘en gran medida’, mientras que el 14 por ciento eligió ‘en cierta medida’.

Los resultados, según los analistas, subrayaron un creciente sentimiento de desesperanza entre los colonos israelíes respecto a la disposición del régimen para actuar en su nombre si alguna vez fuera necesario.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.