Irak “expresa su condena, preocupación y protesta por la injusta ejecución del sheij Al-Nimr. Esta medida saudí supone una violación de la libertad de expresión y de los derechos humanos”, ha afirmado Ahmad Yamal, el portavoz de la Cancillería iraquí en un comunicado emitido este domingo.
La ejecución de un líder religioso y pacifista como Al-Nimr y al mismo tiempo ignorar las actividades de los muftíes que emiten decenas de fatwas de matanza, apoyan al terrorismo con dinero y armas e intensifican las discrepancias sectarias, no coadyuvará a la estabilidad de la región y la paz nacional”, enfatiza Ahmad Yamal, el portavoz de la Cancillería iraquí en un comunicado emitido este domingo.
El Ministerio del Interior de Arabia Saudí informó el sábado de la ejecución del sheij Al-Nimr y otras 46 personas bajo supuestos cargos de desobediencia a la casa real gobernante, incitación a la lucha sectaria y terrorismo.
La nota recogida por la agencia iraquí de noticias Alsumeria insiste en que el cargo de terrorismo hay que atribuirlo a los grupos takfiríes como EIIL (Daesh, en árabe) en lugar de los activistas y líderes políticos que expresan la opinión de los ciudadanos.
Además, ha criticado a las autoridades saudíes por hacer la vista gorda ante los fatwas (decretos religiosos) de los muftíes wahabíes a favor de los grupos terroristas en la región.
“La ejecución de un líder religioso y pacifista como Al-Nimr y al mismo tiempo ignorar las actividades de los muftíes que emiten decenas de fatwas de matanza, apoyan al terrorismo con dinero y armas e intensifican las discrepancias sectarias, no coadyuvará a la estabilidad de la región y la paz nacional”, ha enfatizado.
El sábado, el primer ministro de Irak, Haidar al-Abadi, repudió la ejecución de Al-Nimr, advirtiendo de que tal acto “tendrá repercusiones” en la seguridad regional.
Al-Nimr, el mayor crítico del régimen monárquico Al Saud en la minoría chií del país, fue arrestado en 2012, después de que la Policía saudí le disparara en la región de Qatif, en la provincia Oriental, donde se celebraban protestas pacíficas y fue condenado a la pena capital el 15 de octubre de 2014.
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