Así inicia este martes el confinamiento general de la población en Francia para tratar de contener la epidemia del coronavirus. Una medida inédita en la historia del país, adoptada en tiempos de paz. 100 mil uniformados velarán por el cumplimiento de las restricciones de circulación.
Durante al menos dos semanas, unos 67 millones de habitantes deberán quedarse en casa, salvo excepciones, como para hacer compras de primera necesidad o por motivos de salud, bajo pena de una multa de hasta 135 euros. Esto, en el marco de la “guerra” contra la pandemia declarada por el presidente Emmanuel Macron.
Antes de la entrada en vigor de la medida, los supermercados de todo el país recibían un aluvión de compradores por el pánico del coronavirus y la medida. Muchos parisinos, también, huyeron de la capital. Sin embargo, varios turistas se quedaron varados tras el cierre de las fronteras europeas.
Otra de las medidas del Gobierno de Macron contra el COVID-19 es el aplazamiento de la segunda vuelta de elecciones municipales, que se celebraron el pasado domingo. Además, las reformas en marcha, incluida la de las pensiones, han sido suspendidas hasta nueva orden.
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