Sin decir ni una sola palabra, Valls se ha limpiado y ha entrado en la cafetería donde le esperaban los representantes de la oficina local del Partido Socialista.
“49-3, no olvidamos", ha gritado el asaltante mientras lanzaba harina al ex primer ministro.
Valls fue partidario de un controvertido artículo de la Constitución francesa que permite al Gobierno del país adoptar leyes sin la aprobación del Parlamento. El extitular utilizó esta cláusula seis veces, aunque ahora aboga por su cancelación.
alg/ctl/tqi/rba