El ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, en su alocución en la 70ª Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) ha llamado este sábado a frenar la crisis desde la raíz y para lograr este objetivo ha considerado un menester intensificar los esfuerzos internacionales contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y establecer la paz en Siria mediante las negociaciones.
“Sin embargo no habrá ningún progreso, ninguna posibilidad de resolver la crisis en Siria sin un acuerdo y cooperación pragmática entre la comunidad transatlántica y Rusia”, ha asegurado el canciller del país europeo.
Ha reiterado que si no llegan a un consenso sobre la paz en el país árabe, Europa seguirá sufriendo la presión migratoria.
Para reducir el flagelo, Szijjarto también ha exhortado la lucha contra los traficantes, el fortalecimiento de las misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la ayuda financiera a los países vecinos de Siria, como Jordania, El Líbano y Turquía.
Rusia ha puesto en marcha desde el miércoles una operación aérea contra las posiciones de los terroristas en el territorio sirio a petición del presidente de ese país, Bashar al-Asad.
No habrá ningún progreso, ninguna posibilidad de resolver la crisis en Siria sin un acuerdo y cooperación pragmática entre la comunidad transatlántica y Rusia”, ha asegurado Peter Szijjarto, el canciller de Hungría.

El Parlamento húngaro —muy criticado por su reacción ante la afluencia de solicitantes de asilo, incluso por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon—, autorizó el 21 de septiembre el uso de armas no letales contra los solicitantes de asilo para proteger sus fronteras de la llegada del flujo de inmigrantes.
Un día después (22S), se celebró en Italia una protesta frente a la embajada de Hungría para criticar fuertemente la gestión de esta crisis migratoria del Gobierno húngaro.
Hungría está terminando la instalación de alambrada de púas a lo largo de su frontera con Croacia, para hacerla infranqueable para los migrantes tan pronto como sea posible.

La crisis de refugiados ha desatado tensiones entre distintos Gobiernos del sureste de Europa. Mientras parte de la población europea se opone a la llegada de refugiados en una época de agudo desempleo en el bloque, sectores empresariales consideran que el éxodo podría ayudar a paliar el envejecimiento que sufren Alemania y otras naciones europeas, y proporcionar mano de obra barata para “mantener su sistema de seguridad social”.
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