Un tribunal de La Haya ha ordenado este miércoles a la empresa holandesa Forafina Beleggingen, anteriormente KBS Holland, a pagar una indemnización a cinco víctimas iraníes de ataques con gas venenoso durante la guerra que Irak impuso a Irán en la década de 1980, después de que la empresa no se presentara ante la corte y no se defendió de los cargos.
Mientras tanto, el tribunal absolvió a otra empresa holandesa, Otjiha, anteriormente conocida como Malchemie, en el mismo caso, aceptando el argumento de sus abogados de que no sabía que la materia prima suministrada sería utilizada por el régimen del exdictador iraquí Sadam Husein para producir gas mostaza empleado en la guerra contra Irán. Esa empresa suministró cloruro de tionilo a Irak hasta mediados de 1984.
Según las víctimas, ambas empresas holandesas son responsables de los daños sufridos, ya que eran ellas las que suministraban al régimen de Sadam la materia prima para el gas venenoso.
De acuerdo con su abogada Liesbeth Zegveld, sufrieron heridas “horrendas” como consecuencia de los ataques iraquíes con gas mostaza. El juez aún no ha determinado el monto de la indemnización.
Los cinco iraníes participaban activamente como soldados o voluntarios en el Ejército iraní. En ese momento de los ataques químicos estaban combatiendo en la zona fronteriza entre Irán e Irak y tenían entre 16 y 22 años.
Durante la guerra impuesta a Irán (1980-1988), el régimen baasista de Sadam Husein empleó armas químicas en varias ocasiones contra Irán que dejaron 2600 víctimas mortales y 107 000 heridos entre la población civil iraní. Aún hoy, unas 45 000 personas sufren las dolorosas consecuencias de aquellos actos inhumanos.
Irán ha fustigado en varias ocasiones a Estados Unidos, Alemania, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos, entre otros Estados occidentales, por el suministro masivo de armas químicas al exdictador iraquí, mientras critica el doble rasero del Occidente al ignorar su papel en los ataques químicos de Sadam en Irán.
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